Fractura total. El 37 aniversario de la Constitución evidenció ayer, una vez más, el abismo que separa al PP del resto de formaciones políticas de la Comunidad. Las diferencias quedaron patentes en apenas unos kilómetros de distancia. Concretamente, los que separan la Diputación del Castillo de Santa Bárbara de Alicante. A las 10 horas, con puntualidad inglesa, la institución provincial arrancó su acto conmemorativo de la Carta Magna. Fue el primer izado de banderas de la historia en la avenida de la Estación. ¿Y quién asistió? Sólo el PP. No hubo ni rastro del PSPV, Compromís, Ciudadanos y EU. Es decir, de las otras cuatro formaciones con representación en el autodenominado «gobierno provincial».

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, fue el encargado de presidir la jornada. Y lo hizo, precisamente, en su calidad de miembro del Ejecutivo central. No como candidato del PP por Alicante para el 20-D. Así quedo patente en cada ocasión en que se le mentó.

Apenas una hora y media después de que arrancara ese acto, el Castillo dio el pistoletazo de salida al suyo. Al que convocó la Generalitat, por primera vez y con idea de prorrogarlo en el tiempo, en Alicante. Ahí, por el contrario, estuvo el Consell en pleno y cargos de todas las formaciones con presencia tanto en el Ayuntamiento como en las Cortes: PSPV, Compromís, Podemos, Ciudadanos, Guanyar... y el PP. Eso sí, su representación fue más bien escasa. La de mayor rango, la coordinadora general de los populares en la Comunidad, Eva Ortiz. La flanquearon el alcoyano Fernando Pastor y la ibense Mayte Parra.

Con el novedoso izado de banderas en la Diputación arrancó la mañana de actos institucionales en Alicante con motivo del Día de la Constitución. En los jardines del Palacio se escenificó la ruptura existente a día de hoy entre el Partido Popular y el resto de formaciones, ya que sólo se dieron cita cargos del PP, con el ministro José Manuel García-Margallo al frente. El titular de Exteriores cargó contra el resto de formaciones por dar la espalda, a su juicio, a un acto «solemne». «Cada uno es responsable de sus actos. Aquí todos somos mayores y sabemos lo que significa un homenaje a la bandera de España y más en el Día de al Constitución», aseguró Margallo, cabeza de cartel del PP por la provincia a las generales, a quien días atrás criticaron otras formaciones por hacer ayer campaña electoral a costa del presupuesto de la Diputación.

Al izado de las tres banderas -Comunidad, España y Europa- también acudió el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta; el subdelegado del Gobierno, Alberto Martínez y diputados autonómicos, entre otros. Por parte de la Diputación destacó la presencia del presidente de la institución y anfitrión en el izado de banderas, César Sánchez, junto a los vicepresidentes Carlos Castillo y Adrián Ballester... Y poco más. El acto no contó con ningún político de la oposición en la Diputación. Sorprendió, eso sí, la ausencia de Fernando Sepulcre, el diputado de Ciudadanos (único de su formación en la Diputación) que sostiene a día de hoy el gobierno de César Sánchez en la Diputación.

Los populares, por tanto, se quedaron solos en la contraprogramación que realizaron al acto organizado por el Consell en Alicante por el aniversario de la Constitución. Al margen de sus propios cargos públicos, la Diputación apenas consiguió convocar a representantes de las Hogueras, los Moros y Cristianos y las fiestas tradicionales de la ciudad. En nombre del empresariado provincial estuvo el presidente de Coepa, Moisés Jiménez. Con el izado de las tres banderas, bajo los acordes del himno nacional -y con el «silencio y respeto que merece la enseña», como se rogó por megafonía-, concluyó la convocatoria en la Diputación.

En el acto del Castillo, por su parte, la fractura fue evidente no sólo por las presencias y ausencias, sino también tras los himnos. Segundos después de que la Banda Municipal de Alicante interpretara el de la Comunidad y el de España -el corto, a diferencia del que sonó en la Diputación-, la delegación del PP enfiló la salida. El resto de dirigentes allí presentes, por el contrario, realizaron una visita al interior de la fortaleza e incluso tuvieron tiempo de acudir a continuación a la cafetería.

Junto a los cargos populares, sólo hubo otro destacado dirigente que ayer hizo doblete. Fue el presidente de Coepa, Moisés Jiménez. Primero estuvo en la Diputación y a continuación se desplazó hasta el Castillo. El resto de representantes políticos y de la sociedad civil y empresarial únicamente acudieron al acto del Consell. Entre ellos, el presidente de la Empresa Familiar de Alicante, Francisco Gómez; Luis Berenguer, por la OAMI; el síndic de Greuges, José Cholbi; los máximos representantes de las autoridades portuarias de Alicante y Castellón, Juan Antonio Gisbert y Francisco Toledo, respectivamente; el rector de la UMH, Jesús Pastor, y el vicerrector de la UA Carles Cortés; el urbanista José Ramón Navarro Vera; el artista Pepe Azorín... La nómina fue extensa.

Pero, ¿qué opina el Consell de Ximo Puig de la escasa presencia del PP? El propio presidente respondió ayer esa pregunta tras el acto, aunque sin cargar en exceso contra los populares. Sólo remachó que «nunca se puede patrimonializar la Constitución» y acusó «a la derecha» de defenderla, pero sin habérsela leído.

Horas después, sin embargo, fuentes oficiales del Ejecutivo valenciano se mostraron mucho más críticos. Consideraron la actitud del PP como «una falta de respeto a la legalidad vigente» y «un menosprecio institucional». «El ministro Margallo tendría que haber estado en el acto», apostillaron. La presidenta regional de los populares, Isabel Bonig, replicó: «Lo lógico es que Puig estuviera en Madrid el Día de la Constitución». La fractura, a día de hoy, es evidente.