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Por un puñado de votos

Arranca una campaña electoral que puede tener un impacto decisivo sobre el resultado de unos comicios municipales y autonómicos que se decantarán hacia un lado u otro por la mínima

Por un puñado de votos efe

En un pañuelo. Esta medianoche arranca la campaña electoral más decisiva e incierta de los últimos veinte años: resultado ajustado, multipartidismo y el mayor número de indecisos de la historia. La Generalitat y el control de decenas de municipios -entre ellas Alicante o Elche- no sólo depende de la votación del próximo 24-M -decantada hacia un lado u otro por la mínima, de acuerdo con los datos que manejan los partidos- sino también de los pactos que se puedan tejer entre la media docena de fuerzas políticas -PP, PSPV, Compromís, EU, Ciudadanos y Podemos- que llegan a estos comicios con el abanico de posibilidades abierto: todas pueden gobernar y todas pueden quedarse en la oposición. Hay partido, por tanto, pero con toda seguridad también habrá prórroga después de la cita electoral e incluso cabe la opción de llegar a los penalties para tomar la decisión. Con todos los sondeos que se manejan en las cúpulas apuntando a una diferencia mínima, el sentido del voto de los indecisos -más de un 40%- será clave para intentar cuadrar todo ese puzzle.

Para populares y socialistas el escenario, sin duda, es el más complicado. Todas las encuestas les vaticinan un notable retrocesonotable retroceso: más de 20 diputados de merma para la candidatura de Alberto Fabra; y un tercio menos de su actual representación para la lista que encabeza Ximo Puig. En este inicio de campaña, el objetivo es frenar la sangría y taponar la herida. Parar el marcador lo antes posible para tener más opciones. Fabra confía en cosechar un número de diputados que le permita, sumando a Ciudadanos, mantener la Generalitat. La baza del socialista Ximo Puig es aglutinar a 50 diputados -la mayoría que permite gobernar- junto a Compromís y Podemos, colaboradores necesarios e imprescindibles. El PSPV no podrá formar gobierno en el Consell sin estas dos fuerzas y con EU, en función de si la formación que lidera Ignacio Blanco -en el filo de la navaja- consigue o no representación parlamentaria. Pero Puig tampoco le hace ascos al Podemos de la derecha: Ciudadanos. Todos son buenos. Ese mismo escenario se reproducirá en los municipios con otros actores como las candidaturas de Guanyem o, en algún caso puntual, de UPyD, descartada de la lucha autonómica pero con posibilidades locales puntuales.

Así que Fabra y Puig se examinan en estos comicios. Y es una prueba final sin posibilidad de recuperación. Suspenso o aprobado. Cara o cruz. O llegar al gobierno o la hecatombe para la fuerza política que se quede en la oposición. No hay término medio. De ahí que, en estos momentos, la principal preocupación de la sala de mandos tanto de los populares -por ahora con una campaña de perfil bajo para movilizar a la tropa propia y evitar que la izquierda vaya a votar- como de los socialistas -sin demasiada convicción y desorganizados, especialmente, en la provincia de Alicante- sea evitar un retroceso aún mayor. No cometer errores. Los populares, coinciden casi todos los sondeos, podrían perder hasta el 40% de su representación en las Cortes y en númerosos municipios mientras que los socialistas se dejarían otra porción de su cuota de poder institucional que, después de los comicios de 2011, ya se quedó reducida a niveles de principios de la década de los 80.

Con la vista en las generales

Frente a la caída de las dos fuerzas que han protagonizado el modelo bipartidista desde la Transición aparecen Ciudadanos y Podemos, las dos formaciones que le disputan el terreno a populares y socialistas en toda España pero que están más pendientes del reto de las elecciones generales que, en principio, deben celebrarse en noviembre. De hecho, la mayoría de los movimientos para dar o quitar gobiernos que unos y otros tengan que adoptar estarán condicionados, en gran medida, por las aspiraciones de Albert Rivera y Pablo Iglesias, que quieren controlar desde Barcelona y Madrid todos los pactos electorales para acumular el menor desgaste de cara a esos comicios en los que estará en juego el Gobierno de España. La tercera fuerza a la que todos los sondeos le garantizan un ascenso es a CompromísCompromís, la única organización autóctona que concurre a los comicios. Tiene la candidata -Mónica Oltra- con más poder mediático y cuenta con un mayor despliegue en el territorio: unas 350 listas locales. Podemos, de momento, le frena una mayor subida. EU necesita ganar terreno en campaña para salvar los muebles y esperar que la «ensalada de siglas» de sus candidaturas locales no le acabe pasando factura.

En este escenario tan apasionante, sin embargo, el punto clave que deja abierto el resultado de los comicios del 24M y que lo convierte en imprevisible es, precisamente, los indecisos, como admiten desde todos los partidos. Cuatro de cada diez electores no sabe aún la papeleta que va a coger. Y posiblemente, apuntan los expertos, no lo sepan hasta la última semana. Incluso, puede que un 20% lo decida bien en las últimas horas bien en el camino a la urna. La carrera electoral y los «mailing» de los candidatos, recuerdan, pueden tener, por tanto, una gran importancia en estos comicios. Una campaña decisiva.

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