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as "monjas del castillo" dicen adiós a Novelda y de este modo cierran una etapa en la historia de la ciudad que ha guardado una estrecha vinculación con la alta jerarquía de la Diócesis de Orihuela-Alicante. De hecho, el obispo Pablo Barrachina eligió durante más de una década el convento del castillo de La Mola como retiro espiritual. Allí, junto al Santuario modernista de Santa María Magdalena, en la cima de una sobria montaña que preside el Valle del Medio Vinalopó, pasaba cada año al menos un mes tal y como documenta el cronista oficial de Novelda, Pau Herrero.

La superiora general de las tres Dominicas Oblatas de Jesús que todavía permanecen afincadas, dos de ellas con más de 70 años de edad, ha comunicado por escrito al Ayuntamiento su intención de abandonar la residencia-convento que la congregación ha venido ocupando junto al emblemático santuario, de cuyo cuidado se han estado haciendo cargo estos 34 últimos años. A ello se comprometieron en el acuerdo que suscribieron con el Consistorio noveldense el 16 de marzo de 1974 para que pudieran hacer uso de este edificio municipal por un periodo de medio siglo. A cambio también debían acometer las obras en todas las dependencias interiores. Y así lo hicieron.

Las razones que han llevado a la orden a tomar esta decisión son dos. Por un lado la reestructuración que la Casa Generalicia de Madrid está llevando a cabo ante la falta de vocaciones y por otro las cada vez más frecuentes visitas turísticas a la fortaleza de La Mola, lo que ha alterado el sentido de retiro espiritual con el que este convento fue concebido cuando se firmó el acuerdo con Joaquín Payá, que fue el último alcalde franquista y el primero de la actual etapa constitucional. Podría citarse una tercera razón que tiene que ver con el importante gasto que supone mantener este espacio religioso, una circunstancia que ha llevado a las monjas a gestionar un pequeño bar en el convento e, incluso, a alquilar en los últimos años habitaciones a familias conocidas como si de un hotel se tratara.

Cuando ambas partes ultimen las condiciones de la renuncia, intención con la que el primer edil Mariano Beltrá se ha desplazado recientemente a Madrid y volverá a hacerlo en próximas fechas, las tres religiosas serán reubicadas en las casas con las que la congregación cuenta en Madrid, Sevilla y Asturias. Son los técnicos municipales los que estudian ahora las condiciones del contrato de cesión de uso del edificio para decidir sobre el futuro del inmueble, del que por el momento el equipo de gobierno socialista no ha querido adelantar nada aunque se presume que podría tener un carácter turístico por el privilegiado enclave en el que se encuentra ubicado.

Esta casa espiritual también tiene un importante valor histórico y arquitectónico. Así lo señala el cronista Pau Herrero tras explicar que sus planos fueron obra del noveldense Patricio Payá, artífice también del colegio e iglesia de los Padres Reparadores, del estadio La Magdalena y de la conclusión de las obras del santuario que ahora se queda sin sus "guardianas".