E l centro penitenciario Alicante II ubicado en Villena ha comenzado a emplear pulseras de localización permanente con GPS para controlar los movimientos de los internos que disfrutan de permisos carcelarios. La medida es totalmente voluntaria para los presos y se aplica únicamente a los terceros grados, que disfrutan de un régimen de semilibertad, y en casos de especial conflictividad por tratarse de violadores, maltratadores, pederastas, reincidentes o reclusos peligrosos. En cualquier caso, la decisión corresponde a la junta de tratamiento del centro que debe elevar la propuesta al juez de vigilancia penitenciaria para su autorización.

La medida se ha puesto en marcha esta semana y ha resultado positiva, según se ha indicado desde la dirección del centro. Una mujer de Villena ha sido la primera en beneficiarse de este novedoso sistema telemático tras disfrutar de tres días en libertad por un permiso ordinario. Además de la pulsera, que puede colocarse indistintamente en la muñeca o en el tobillo, los internos deben llevar consigo un pequeño dispositivo que se asemeja al mando a distancia de un garaje. El artilugio está conectado a un satélite desde donde se envía información a una central de Madrid que es supervisada las 24 horas del día por personal de Instituciones Penitenciarias. Desde allí se controla en todo momento y a tiempo real el lugar exacto donde se encuentra el recluso y se graban todos sus movimientos. Se pueden trazar incluso «zonas de sombra» para que en la central se active una alarma en caso de que el portador del GPS viole la prohibición de salir de casa por la noche o bien se aproxime a una zona a la que no puede acudir por tener una orden de alejamiento vigente. En tales casos se avisaría de forma inmediata a la Policía o Guardia Civil para proceder a su detención y del mismo modo se actuaría si el penado se quita la pulsera ya que cualquier intento de manipulación del sistema es detectado gracias a su avanzada tecnología. Al preso también se le pueden enviar mensajes de texto a través de la pulsera - como si de un teléfono móvil se tratara - para darle indicaciones concretas o advertirle de que está vulnerando las condiciones por las que le fue concedido el permiso carcelario.

Este localizador se utilizó por vez primera en las prisiones catalanas y el Gobierno quiere extenderlo al resto de centros porque, según mantiene Instituciones Penitenciarias, se ha podido comprobar que la mayoría de los reclusos tienen un índice menor de reincidencia si disfrutan de permisos antes de alcanzar la libertad definitiva. Pero si además se saben vigilados el porcentaje de éxito aumenta. «Por lo tanto, la medida contribuye a que los internos se acerquen progresivamente a la vida comunitaria y facilita su desvinculación del mundo de la cárcel», destacan las mismas fuentes.

La prisión de Villena ha sido la primera de la provincia en implantar este dispositivo telemático y está previsto que esta misma semana un segundo interno se beneficie de la misma.