L a aparición en Sax de cuatro nuevos cadáveres de zorros atrapados en lazos ha llevado al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona); a poner en marcha un dispositivo especial de vigilancia en el Alto y Medio Vinalopó para erradicar estas prácticas ilegales. En los dos últimos meses se han localizado los restos de doce zorros muertos y se han intervenido más de veinte lazos de acero en formar de nudo corredizo y trampas ilegales colocados en diferentes cotos de caza de Monóvar, Agost y Sax. En todos estos casos la responsabilidad subsidiaria recae sobre la sociedad de cazadores de la zona ya que, según la normativa vigente, a ellos corresponde el control de la actividad cinegética. No obstante, de las denuncias que el Seprona ha elevado por estos hechos a la Conselleria de Territorio nada se sabe porque desde el departamento de Medio Ambiente se guarda un hermético silencio a pesar de los numerosos requerimientos de este diario.

El último episodio ha tenido por escenario la sierra de Cabreras de Sax. Voluntarios de la agrupación local de Protección Civil detectaron cuatro zorros muertos - dos de ellos de fechas recientes - y siete lazos camuflados en las sendas por las que suelen transitar las raposas en busca de alimento, principalmente conejos y perdices. Tras dar aviso al Ayuntamiento de Sax, la concejalía de Medio Ambiente informó al Seprona y sus agentes se personaron el lunes en este paraje natural acompañados por el jefe de Protección Civil. De este modo pudieron comprobar que cuatro de estos dispositivos eran supuestamente ilegales porque o carecían de freno o bien el mismo estaba defectuoso. Cabe señalar que este sistema de captura empleado en los cotos para preservar la población de conejos y perdices debe ser autorizado por Territorio y ajustarse a un riguroso plan técnico que supervisa la propia Conselleria. Todos los lazos deben llevar una placa identificativa y contar con freno para evitar el sufrimiento y la muerte del animal por estrangulamiento, inanición o por las profundas heridas que se causan al intentar escapar. Las personas autorizadas para instalarlos tienen además la obligación de revisarlos diariamente con el fin de que las presas sean trasladadas a centros especializados de la Generalitat para su recuperación y posterior suelta. La proliferación de esta práctica ilegal también se ha extendido a la Vega Baja. Ayer este diario se hizo eco precisamente de la aparición de 20 lazos-trampa en el futuro parque natural de Sierra Escalona.