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Nace una asociación en Villena para preservar el legado del tren Chicharra

Los promotores del colectivo aspiran a tener así más fuerza para proteger el patrimonio que queda de la línea que hasta 1969 unía la localidad con Alcoy

La directiva de la Asociación de Amigos del Chicharra, ante la que fue estación principal de la línea de Villena a Alcoy y Yecla y que se encuentra abandonada. A. T.

Un grupo de entusiastas de la antigua línea férrea de vía estrecha que hasta 1969 unió Villena con Alcoy y el Altiplano murciano han creado en la capital del Alto Vinalopó la Asociación de Amigos del Chicharra, con la que quieren promover la preservación del legado de este ferrocarril. El colectivo, cuyos promotores llevan trabajando en ese objetivo desde hace algún tiempo de manera individual pero que se ha constituido formalmente hace apenas un par de semanas, quiere así evitar que se pierda la memoria de una línea férrea que durante décadas vertebró las comunicaciones en las diferentes comarcas por las que discurría su trazado y cuya compañía propietaria tenía su centro logístico en Villena, de donde fue en su momento una de sus principales industrias.

La nueva asociación toma el nombre del apelativo popular que tenía este ferrocarril, que se asociaba a las cigarras por el ruido de las locomotoras. El Chicharra, o Xitxarra, nació con la idea de comunicar Villena con Alcoy y Yecla -de ahí su acrónimo de VAY- y comenzó a circular en 1884 hasta Banyeres, aunque no alcanzó la ciudad de los puentes hasta 1909, después de varias vicisitudes y teniendo que utilizar en el tramo final desde Muro el trazado de la línea que ya unía la capital de l'Alcoià con Gandia. El cierre de ambos ferrocarriles en 1969 supuso la desaparición o el abandono de sus instalaciones, infraestructura y material móvil.

Jerónimo Lázaro, Juan María Milán, Miguel Cuenca y Juan Mataix, promotores de la Asociación de Amigos del Chicharra y que componen su directiva, confían en que su constitución formal como entidad sirva para «hacer más fuerza ante las autoridades» con el fin de preservar todo el patrimonio que queda de la línea en las diferentes localidades por las que discurría. Por el momento ya están trabajando en la recopilación de material gráfico y documental, lo que les ha permitido conseguir numerosas fotografías, muchas de ellas tomadas por particulares en los últimos años de funcionamiento del ferrocarril sin saber que iban a tener con el paso del tiempo un valor social muy importante, y una memoria descriptiva del proyecto de llevar la línea desde Alfafara hasta la localidad valenciana de l'Alcúdia de Crespins, que nunca se materializó. También han reunido elementos materiales, entre los que destaca un hito kilométrico original, hallado hace pocas semanas tras estar décadas enterrado.

No obstante, quizá el mayor logro hasta la fecha sea la localización y el traslado a Villena de la cabina de uno de los 20 automotores que transportaban a los viajeros de la línea, el único resto que queda de un parque móvil tan innovador para la época como artesanal y que fue fabricado en la misma capital del Alto Vinalopó. La negociación con el Ayuntamiento para que este elemento sea expuesto en el futuro Museo de Villena, iniciada por la directiva de la asociación a título particular, se encuentra ahora paralizada. En este sentido, los promotores del colectivo echan falta «calor» por parte del Consistorio en ésta como en otras de las reivindicaciones que hay en marcha. Además, lamentan que el año pasado no se conmemorara el 50 aniversario del cierre de la línea, como sí se hizo en Banyeres y Bocairent, y en febrero de este año en Biar.

Una de las principales luchas al respecto es evitar que se vengan abajo la estación principal de la línea en Villena y las únicas dos naves que quedan del gran complejo logístico de la empresa, cuyo estado es de abandono absoluto. El precedente del desplome ocurrido el pasado enero en Agres, en donde el trazado enlazaba con la línea de vía ancha de Xàtiva, hace temer el mismo final. «Hay que recuperar esos edificios; eran la central de la compañía y están que se caen», denuncian. Su intención es que las instalaciones pudieran ser un anexo del Museo de Villena, para lo cual necesitarían una cesión por parte de Adif, propietario de los terrenos.

El VAY llegó a tener cerca de 200 empleados, la mayor parte en Villena, pero «la gente joven lo había olvidado, eran batallitas del abuelo», lamentan. Sin embargo, «ahora mucha gente alucina al ver el material gráfico o al asistir a alguna conferencia; son escenas que no han vivido y que encuentran interesantes». Mantener vivo ese recuerdo es otro objetivo, más aún teniendo en cuenta que van quedando pocos testimonios de la época.

Una intensa relación con la línea de Alcoy a Gandia que se mantiene entre los apasionados del ferrocarril

La entidad recién creada en Villena y la que ya existe del otro tren prevén hacer un acto de hermanamiento en Muro

El ferrocarril de Villena a Alcoy siempre tuvo una intensa relación con el que unía esta última localidad con Gandia debido a que los trenes de la primera compañía debían utilizar las vías de la segunda desde Muro. A partir de 1965, con la nacionalización de ambos trazados, pudo hablarse de una verdadera red de vía estrecha entre las provincias de Valencia, Alicante y Murcia. Desde entonces pudieron verse los automotores fabricados en Villena y las locomotoras de esta empresa en la línea que finalizaba en el puerto gandiense. La relación se intensificó hasta el punto de que en algunas localidades de El Comtat y la Safor aún se refieren al tren de Gandia como Xitxarra cuando ese apelativo corresponde a la línea de Villena.

Este vínculo perdura en la actualidad en el contacto entre la nueva entidad por la memoria del Chicharra y la Associació Tren Alcoi-Gandia «Tren dels Anglesos», creada en 2002 y que cuenta con un museo en la localidad de Almoines. Las dos asociaciones tienen intención de realizar un acto de hermanamiento en Muro, por ser allí donde confluían ambos trazados, en torno al mes de septiembre si las circunstancias lo permiten. El presidente del colectivo de homenaje al tren a Gandia, Jaume Gómez, incide en la «defensa de la historia» que realizan estas entidades, así como en «la preservación del patrimonio y divulgación de la memoria» a través de diferentes acciones y actividades. Y además, pone el foco en el papel de intercambio de mercancías y pasajeros que tenían líneas secundarias como éstas, frente a la «falta de comunicación entre nuestros pueblos» que hay en la actualidad. Una situación que, denuncia, se da incluso en líneas de vía ancha abiertas, como la de Xàtiva a Alcoy, donde «los dos trenes que circulan no prestan un servicio efectivo» a los vecinos de estas localidades. Al mismo tiempo, critica la enorme lentitud con la que avanza el proyecto para convertir en una vía verde todo el trazado de Alcoy a Gandia, en el que «pasa el tiempo y se cae lo poco que queda».

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