El derrumbe de la terraza de una vivienda unifamiliar de Elda por el sobrepeso de una piscina portátil se ha saldado milagrosamente sin heridos de consideración. Las vigas y el forjado colapsaron repentinamente a las seis y media de la mañana del martes precipitándose todos los escombros sobre la cocina-comedor. Afortunadamente, en ese momento los siete miembros de la familia -tres adultos, dos adolecentes y dos menores- se encontraban durmiendo en una ala de la parte superior de la casa, donde se encuentran las habitaciones, que ha quedado intacta. En caso contrario el siniestro podría haber tenido tintes trágicos. Así lo indicó tras inspeccionar el inmueble el suboficial jefe de los Bomberos de la Zona Operativa del Vinalopó, Amancio Guerrero, quien advirtió que «si el derrumbe se hubiera producido entre las dos de la tarde y las once de la noche tendríamos que lamentar la existencia de víctimas mortales».
Tras el derrumbe, antes de que la Policía Local acordonara la zona, los bomberos del Parque de Elda evacuaron a los atrapados con una escalera y sanearon la fachada para evitar desprendimiento de cascotes a la calle San Jaime, donde se produjo el siniestro con el que el vecindario próximo al Altico de San Miguel se despertó sobresaltado por el estruendo. El equipo médico del SAMU asistió a dos personas: un joven de 17 años por una pequeña herida que se produjo en la pierna cuando salía y un hombre de 37 años por crisis nerviosa. Ambos fueron dados de alta in situ, sin necesidad de ser trasladados a un centro médico. Los dos perros que también se encontraban en el interior del inmueble resultaron ilesos.
Tanto los bomberos como los técnicos municipales del Departamento de Urbanismo supervisaron el estado de la casa y han prohibido el acceso a la misma hasta que los daños sean subsanados. Todo apunta a que será necesario derribar la zona afectada para reconstruirla pese a que la vivienda ha sido objeto de una reforma reciente. En las casas colindantes, que también fueron inspeccionadas, se ha descartado la existencia de daños estructurales.
Los primeros informes han determinado que las vigas cedieron por el sobrepeso de la piscina infantil desmontable que se había instalado en la terraza. Los técnicos calculan que podría albergar entre 6.000 y 9.000 litros de agua, la misma cantidad equivalente en kilos, lo que provocó que la vigueta central «en doble t» cediese ante el peso, y terminara colapsando y arrastrando al resto de la estructura hacia la planta baja.
Recomendaciones
El suceso ha llevado a la Policía Local y a los Bomberos a advertir sobre el riesgo que supone instalar una piscina en la terraza o balcón de una vivienda. Su uso recomendado es en jardines o suelo firme, y hay que consultar siempre a un técnico para determinar, en la memoria de estructura del inmueble, el peso que puede llegar a soportar el forjado. La normativa establece una presión mínima de 200 kilos, que aunque es suficiente para el mobiliario no lo es para una piscina hinchable o desmontable. De hecho, con sólo 30 centímetros de profundidad del agua se añaden 300 kilos de peso por metro cuadrado, más la piscina y la gente que se esté bañando en ese momento. Aunque no existe legislación específica sobre el uso de piscinas portátiles, desde la jefatura de la Policía Local de Elda se recuerda que «la precaución es la mejor garantía», además de que tampoco hay que olvidar el riesgo de ahogamientos.
