Fomento puso en servicio en abril de 2019 el ramal de conexión de la autovía de Alicante-Madrid (A-31) con la de Valencia-Murcia (A-33) en la variante del municipio valenciano de la Font de la Figuera. Se trata de un tramo de 3,2 kilómetros que ha permitido conectar directamente el tráfico que, procedente de Alicante por la A-31, se dirige hacia Valencia por la A-33. De este modo se ha podido sustituir el ramal existente en el enlace que une la A-31 con la N-344, que tantos heridos y víctimas mortales se ha cobrado durante las últimas décadas en los numerosos accidentes registrados en este punto negro. Sobre todo por su trazado estrecho y sinuoso, acompañado de cambios de rasante, que además soportaba en ambos sentidos de la circulación una alta densidad de vehículos pesados. De ahí que se le llamara la «ruta de los camiones».

Sobre la nueva calzada circulan 7.500 vehículos diarios en sentido Valencia, de los cuales casi la mitad son tráiler que cubren la ruta de mercancías Murcia-Alicante-Valencia. Además, el tiempo de paso se ha reducido de cinco a dos minutos sobre el tramo sustituido. Ventajas a las que se suman a la enorme mejora que ha experimentado la seguridad vial.