Las cinco familias que el viernes fueron desalojadas de sus hogares al ceder la estructura y desplomarse un bungaló adosado están recibiendo el apoyo y la solidaridad de Monóvar y de otros municipios de la comarca.

Esta mañana se procederá a la demolición controlada de las tres viviendas de la misma fase y, de momento, el Ayuntamiento ha decidido asumir los gastos de unos trabajos que, según la ley, les correspondería afrontar a los propietarios. La emisora municipal ofrecerá un maratón radiofónico el próximo viernes para recaudar fondos y también se ha abierto una cuenta corriente donde se pueden realizar donaciones económicas. Además, los ingresos obtenidos de la próxima carrera San Silvestre de Monóvar también se destinarán a los damnificados.

Los responsables municipales han ofrecido alojamiento provisional a los afectados pero, de momento, han sido acogidos por sus familiares. «No obstante -según ha explicado el alcalde Alejandro García- a todos ellos se les tendrá en cuenta para ofrecerles las próximas viviendas sociales de las que vamos a disponer».

También el Ayuntamiento de Pinoso, localidad vecina de Monóvar, ha decidido, en solidaridad con las cinco familias que han perdido sus viviendas, entregarles la recaudación íntegra que se obtenga de las inscripciones en el cross popular de la San Silvestre, que se celebrará el próximo 28 de diciembre con una previsión de 500 corredores. No es la única medida acordada. El alcalde Lázaro Azorín se reunirá hoy con las directivas de las asociaciones sociosanitarias de Pinoso para poner en marcha una campaña solidaria, que se desarrollará mañana y pasado, con el fin de solicitar a los comercios y empresas de la localidad que aporten, como mínimo, un euro por trabajador. «Todo lo recaudado se sumará a los ingresos que obtengamos de la San Silvestre para ayudar a estas personas a buscar un nuevo hogar e iniciar una nueva vida», indicaba ayer Lázaro Azorín. «Un gesto que es de alabar y que le agradecemos públicamente desde Monóvar», subrayaba Alejandro García.

Como este diario adelantó el viernes en su edición digital, los bomberos del Parque de Elda desalojaron a las cinco familias de la calle Joaquín Turina tras desplomarse la pared de un bungaló que estaba deshabitado por un embargo bancario. Tuvieron que salir de madrugada con lo puesto y dejándose todas sus pertenencias dentro. Desde entonces no se les ha permitido acceder a sus hogares ante el riesgo de derrumbe inminente. Tras el dictamen del arquitecto municipal, las excavadoras procederán esta mañana al derribo controlado de las tres viviendas adosadas de la misma fase. A medida que se vayan acometiendo los trabajos, los operarios intentarán recuperar todos los muebles, ropa, documentos, recuerdos, electrodomésticos y objetos que se «salven» de la demolición. El resto deberá ser extraído de los escombros.

A continuación se realizará un nuevo estudio técnico para comprobar el estado de los otros dos bungalós de la segunda fase. En caso de que la estructura se encuentre muy dañada también se procederá a echarlos abajo tres décadas después de su construcción.