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Diagnostican picadura de pulgas a una joven de Sax que tenía varicela

La paciente, de 22 años, fue cinco veces al PAC en una semana y en una ocasión indicaron que era alergia y en otra que eran picaduras hasta que en Urgencias del hospital detectaron la infección viral

Rosa García i Parera, todavía convaleciente, en el centro de salud de Sax. ÁXEL ÁLVAREZ

Cinco veces acudió de urgencia al Punto de Atención Continuada (PAC) del centro de salud de Sax porque se encontraba mal y las cinco veces regresó a su casa sin saber qué le pasaba. A la joven Rosa García i Parera, catalana afincada en la villa desde hace diez años, le dolía la garganta, tenía fiebre y muchas ronchas por el cuerpo. Fue atendida por dos médicos de guardia en el intervalo de una semana pero ninguno acertó el diagnóstico.

El primero le dijo que sufría alergia y el segundo que le habían picado pulgas. La enferma siguió los tratamientos farmacológicos que le recetaron ambos doctores pero, como cada vez se encontraba peor y las medicinas no le hacían ningún efecto, decidió ir por su cuenta al Hospital General Universitario de Elda. Ingresó en Urgencias y los facultativos descubrieron rápidamente lo que le pasaba. Tenía varicela.

«No soy de salir en los medios de comunicación pero creo que es totalmente necesario que estas cosas se sepan para que abramos los ojos. Tenemos que darnos cuenta de que son capaces de jugar con nuestra salud con tal de ganarse su sueldo, viajes y descuentos por recetar pastillas», comenta la afectada, una violonchelista de 22 años que estudia Interpretación en el Conservatorio Superior de Música de Alicante.

El 20 de noviembre fue la primera vez que acudió al PAC. «La consulta duró diez minutos y sin apenas explorarme, porque ya tenía ronchas en la cadera, me dijo que era alergia, me recetó un antihistamínico y a casa», relata al afectada. Los días 22 y 26 de noviembre regresó de nuevo a urgencias extrahospitalarias y el diagnóstico volvió a ser alergia. Pero en esta ocasión le recetaron ibuprofeno y le pusieron una inyección. El 27 de noviembre acude otra vez al PAC. Lo hace, además, en dos ocasiones con 39,5 de fiebre, la garganta con ganglios por la infección y ronchas ya extendidas por todo el cuerpo, desde el cuello hasta los pies. El diagnóstico que Rosa García recibió en su quinta visita al médico de guardia fue el que definitivamente colmó su paciencia. «Me dijo que lo que tenía eran picaduras de pulga. Sí, de pulga. Yo le comenté que en mi casa no tengo perros ni gatos y que mi pareja no tenía ninguna erupción en la piel y lo normal es que, si fuesen pulgas, también le hubieran picado a él. Pero el doctor se limitó a decirme que había visto muchas picaduras de pulga a lo largo de sus años de ejercicio como médico en otras zonas del mundo y me mandó antibióticos antes de despacharme», recordaba ayer todavía indignada. «Nos trató a mi novio y a mi como si fuéramos tontos. Así que, hartos ya de tanta inutilidad, al día siguiente -28 de abril- cogimos el coche y nos dirigimos al Hospital de Elda». Un par de horas después el diagnóstico fue concluyente: tenía varicela. «¿De verdad vamos a consentir que en urgencias del centro de salud de Sax no sepan distinguir una infección viral del picotazo de una pulga, y qué jueguen así con nuestra salud por no tener ganas de trabajar?», se preguntaba ayer Rosa García, que sigue sin recuperarse por completo de los efectos de una enfermedad que su madre pensaba que ya había pasado de pequeña.

Reclamación

De momento ha interpuesto una reclamación en el Servicio de Atención e Información al Paciente (SAIP) para denunciar los hechos. «Ni siquiera sé como se llaman los dos médicos que me atendieron porque ahora ya no entregan informes en las urgencias», se queja. A pesar de ello su reclamación ha sido debidamente atendida por la dirección del Departamento de Salud de Elda desde que pasó por el registro en la primera semana de diciembre. De hecho, se ha abierto una investigación interna y sus resultados serán remitidos en los próximos días a la afectada. Al parecer, entre los motivos expuestos por los facultativos, figura el hecho de que la sintomatología que la joven presentó al acudir al PAC de Sax no respondía al virus de la varicela. Es decir, que en Medicina uno más uno no siempre son dos.

Pero Rosa García i Parera piensa ahora, con preocupación, que pudo haber contagiado a muchas personas durante los ocho días que estuvo haciendo «vida normal» sin ser correctamente diagnosticada. «En ese tiempo he estado en contacto con niños y mujeres embarazadas a las que les podría haber trasmitido el virus. Yo, desde luego, después de la experiencia que he pasado ya no vuelvo a las urgencias de Sax porque es una vergüenza, y a la gente del pueblo le aconsejo que no pierda el tiempo», afirma tajante.

No es la primera vez que la joven violonchelista interpone una reclamación ante la Conselleria de Sanidad. Hace un año, por estas mismas fechas, necesitó asistencia médica urgente porque sufría inflamación de anginas. «Les dije que era intolerante al Ventolín y a pesar de advertirlo me lo inyectaron», lo que le provocó un cuadro de mareos y taquicardia. En este caso uno más uno sí que suman dos.

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