La comunidad educativa de Elda contempla con preocupación y rechazo el plan de plurilingüismo elaborado por el conseller de Educación, Vicent Marzà, que a partir del próximo curso impondrá la obligación de estudiar asignaturas en valenciano e inglés en toda la Educación Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional Básico, ciclos formativos, Educación Especial y Educación Permanente de Adultos.

En una ciudad castellano hablante como es Elda, donde el valenciano ni se habla ni genera interés, la aplicación de esta medida augura consecuencias muy negativas para el alumnado.

Uno de los principales problemas es que la Ley de Plurilingüismo no distingue su implantación entre zonas valencianoparlantes y castellanohablantes ignorando, de este modo, si el valenciano es o no la lengua vehicular de los estudiantes. Una contrariedad que se agrava más al no permitirse una implantación gradual puesto que, aunque se trata de un programa experimental, la normativa indica que hay que respetar un horario mínimo del 25% en valenciano. Porcentaje que se ampliará en los cursos siguientes hasta alcanzar el 50% de valenciano frente al 25% de inglés y el 25% de castellano. Para las AMPA de Elda es un atropello que conculca los derechos básicos de la enseñanza en un sistema democrático. Los padres también consideran injusto que sus hijos tengan que recibir clases de Matemáticas, Historia, Física o Química, Biología y Filosofía en valenciano cuando para ellos es una lengua desconocida, que ni entienden ni hablan. Además, los libros estarán escritos en valenciano. En Primaria, por ejemplo, la Conselleria los entrega gratis pero muchas familias de Elda los tienen que comprar por su cuenta, en castellano, para poder entender los contenidos.

Y no es la única adversidad que se avecina para el curso 2020-2021. Aquellos alumnos que estén exentos de estudiar valenciano se encontrarán obligados a recibir las clases de dos o tres materias en la lengua que, precisamente, no quieren aprender. En Elda el porcentaje de exenciones en Primaria y Secundaria no supera el 10% pero se debe, fundamentalmente, a la labor de los centros para evitar que su desconocimiento dejé a los castellano hablantes en condiciones de inferioridad a la hora de opositar a cualquier plaza pública dependiente de la Generalitat Valenciana. Sin embargo entre los matriculados en Bachillerato las solicitudes de exención suben en Elda entre un 30% y 40% en el primer curso y entre un 80% y 90% en el segundo porque en la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) les perjudica claramente porque les baja la nota media. Algo que es debido a que se enfrentan al mismo tipo de examen que los alumnos cuya lengua vernácula es el valenciano.

El PP pide explicaciones

PPLa problemática salió a relucir en el último pleno ordinario del Consistorio eldense. El portavoz popular Fran Muñoz preguntó al equipo de gobierno socialista sobre las medidas que tiene previsto adoptar para defender a los alumnos de la ciudad. A su juicio «el plan de Marzà es discriminatorio y perjudica muchísimo a los estudiantes eldenses. Por eso es necesario protegerlos de una situación que los deja en clara desventaja educativa respecto a los territorios valencianohablantes», indicó el líder local del PP. Los responsables municipales responderán a esa pregunta en el próximo pleno pero, de momento, se ha solicitado a la Conselleria de Educación que envíe a un equipo técnico a Elda para que explique a los directores y claustros de los centros, y también a las directivas de las AMPA, los mecanismos que establece la controvertida ley de Compromís y PSPV. El concejal de Educación, Fernando Gómez, está a la espera de recibir confirmación porque los técnicos podrían desplazarse a Elda la próxima semana. El edil no ha querido entrar en más detalles señalando que no tiene competencias en la materia. Mientras tanto las familias afectadas están manteniendo las primeros encuentros y hay centros en los que ya se ha reunido a los padres de los primeros cursos de Bachillerato. Todos rechazan la medida y denuncian el uso político del valenciano.

Educación desoye las críticas

La Conselleria asegura que el objetivo es dar las mismas oportunidades y evitar «niños de primera y de segunda»

La Conselleria de Educación ha explicado a este diario que la Ley de Plurilingüismo educativo se aprobó en las Cortes Valencianas para combatir el fracaso en el aprendizaje de lenguas en la Comunidad. Entre otros motivos porque la gran mayoría del alumnado no tenía garantizado dominar las tres lenguas: castellano, inglés y valenciano. «En el caso del inglés se está dando un paso muy sustancial tanto en formación del profesorado como en su mayor introducción en los centros para que el alumnado tenga las competencias que se requieren, vengan de donde vengan y tenga su familia la situación social que tenga; y así romper con el estigma de que dominen inglés sólo los alumnos que tienen recursos económicos para pagarse academias a parte».

Gracias a esta normativa se está trabajando en las comunidades educativas para que los estudiantes tengan una mejor competencia en una lengua como el inglés, así como el derecho a dominar las dos lenguas oficiales de la Comunidad. «Se busca, en definitiva, que todos tengan las mismas oportunidades y no haya niños y niñas de primera y de segunda», puntualizan desde Educación añadiendo que cada centro educativo tiene un proyecto lingüístico adaptado a su realidad. Este documento «lo aprueba cada consejo escolar de cada centro y está representado el profesorado y los padres y madres. En este contexto, el plurilingüismo está funcionando en toda la etapa de Infantil y Primaria y el próximo curso también llega ya a los institutos». Para ello desde la Conselleria se están preparando sesiones informativas con los asesores de plurilingüismo de cada zona, con el acompañamiento a equipos directivos, claustros y familias. Un trabajo conjunto que se está organizando ahora y se desarrollará durante los próximos meses. Esa es la postura del conseller Marzà.