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Elda

El apóstol de la industrialización

Antonio Pérez Sirvent editó la primera revista especializada en calzado y creó una empresa conocida como «El laboratorio»

El apóstol de la industrialización

La historia de Antonio Pérez Sirvent se perdió, se olvidó. Pasaron décadas antes de que el modelista e investigador Miguel Ángel Guill se topará con la revista que editó Antonio Pérez. Una publicación pionera, la primera en la que se escribía de un sector manufacturero y artesanal que debía iniciar un proceso de industrialización. En sus páginas, el empresario eldense fue el primero que vaticinó lo que debía ser este sector para convertirse en lo que ahora es uno de los motores de la exportación nacional.

Antonio Pérez nació en Elda en 1864 y falleció también allí en 1919. Perteneciente a la burguesía local, el sector del calzado era el lugar indicado donde recalar en su vida laboral. Y así lo hizo. Sin embargo, a principios del siglo XX, se lió la manta a la cabeza y, a través de Cuba, llegó a la cuna del calzado americano en Massachussets, concretamente a las ciudades de Lyn y Brockton. En esta última, conocida popularmente como la ciudad del zapato, visitó las fábricas los barrios o pedanías de Montello y Campello. Además de otras en Brooklyn y Boston.

Cruzar el «charco» no era fácil. Eran semanas de travesía en un transatlántico, pero, sin duda, su llegada a las grandes ciudades productoras de calzado cambió para siempre su visión como empresario y como industrial. Guill relata que «de este viaje a Norteamérica, del que desconocemos el tiempo de estancia y sus circunstancias, Antonio Pérez regresó a España con muchas innovaciones técnicas, estéticas (diseño) y con una gran mentalidad industrial que tuvieron una gran influencia en la industria del calzado Su perfil es el de un empresario emprendedor, ilustrado y moderno, con una gran erudición técnica del calzado, un modelista y patronista».

En la investigación, Guill recupera la figura de Antonio Pérez, pero hace algo más, rescata la historia olvidada de unos años en los que las empresas comenzaron a despegar y entender una nueva forma de comercializar su producto. También recobra la existencia de la primera revista generalista de calzado El Figurín de El Patrón americano, cuyo editor fue el eldense, que tras su estancia en el país extranjero se afincó en Madrid. Allí, fundó una fábrica de calzado y un comercio auxiliar en la que ofrecía las innovaciones traídas desde Estados Unidos. A través de la revista da a conocer su carácter innovador. La vinculación de Pérez con Elda y la influencia que ejercía sobre el empresario de su ciudad natal también se dejan ver en sus páginas. Así, y pese a ser una revista de ámbito nacional, los dos primeros anunciantes son la fábrica de hormas Hijos de Isidro Aguado y el almacén de curtidos de José Paya Vidal, conocido popularmente como Paya-Lira. De hecho, en el número 6 de diciembre de 1907, dedicó un número íntegro a la industria de Elda. Sus ejemplares se guardan en la BNE, Biblioteca Nacional de España. Se conservan las ediciones hasta 1809.

Después, abandonó la capital y regresó a Elda. Una vez en su ciudad natal fundó una fábrica «de lujo» a nombre de su hijo Pablo Pérez, donde él se ocupaba del aspecto técnico. Esta modesta fábrica con sólo doce trabajadores era considerada en la población como un laboratorio, donde se realizaban pruebas e innovaciones, muchas de ellas traídas de Estados Unidos, que posteriormente serán muy importantes para el futuro de la industria del calzado española. Fue una «startup» del siglo XXI, de las que nacen en los garajes con la pretensión de innovar, en los albores del XX. Antonio Pérez se erigió así como un visionario para la época 0 como lo describe su investigador «un apóstol de la industrialización».

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