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Patrimonio diseminado

Patrimonio olvidado

Los bienes arquitectónicos diseminados por las partidas rurales en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó han corrido desigual suerte a la hora de ser conservados

Los términos municipales están jalonados de construcciones que amenazan ruina si no se realiza una pronta actuación. Áxel Álvarez

Las asociaciones para la defensa del patrimonio de los municipios del Alto y Medio Vinalopó han luchado por salvaguardar elementos de carácter histórico y monumental que se encontraban en un proceso de ruina.Muchos consiguieron sobrevivir y contar la historia de sus municipios a través de sus piedras, iglesias, ermitas, casas palaciegas y castillos. Son bienes urbanos que los ciudadanos ven cada día y que están concienciados que es necesario salvaguardar. Gran parte de estos son, una vez restaurados, espacios culturales, museos o incluso recuperaron su antiguo uso.

En la otra cara de la moneda se encuentra bienes desprotegidos diseminados por los términos municipales a la espera de que alguien se acuerde de ellos.Centenares de senderistas transitan por los parajes de las comarcas del Alto y Medio Vinalopó y apenas se dan cuenta de patrimonio histórico que se les cruza por el camino. Los caminos y parajes de estos municipios están salpicados de patrimonio al que no se le valora en su justa medida. Fuera del trazado urbano queda mucho por rescatar. Y hacía estos bienes patrimoniales, que se ha abandonado a su suerte, miran ahora los ojos de asociaciones locales que trabajan por salvar los elementos que diseminados en los términos municipales son grandes los grandes desconocidos para la población. Por ello, muchos han sido expoliados sin remedio, otros amenazan ruina y algunos ya no han logrado sobrevivir a las vicisitudes de los tiempos. Son lugares y piedras emblemáticas que necesitan una rehabilitación que no reciben. Pero esa relevancia histórica y monumental se olvida por quienes deben velar en su conservación, desde las administraciones locales a la autonómica

Uno de los ejemplos destacados del patrimonio que está a punto de desaparecer y que se encuentra en una situación irreversible es la finca Lacy de Elda. Rodeada de naves industriales, el casoplón se erige en la zona perimetral del polígono industrial al que da nombre. Sus ruinas dejan ver lo que llegó a ser y relatan la historia de una Elda más agrícola y sin embargo, y sin embargo, se ha girado la cabeza a la hora de recuperar el edificio.

La ermita de los Dolores, ubicada en el parajes de las Cañadas de Elda corrió mejor suerte. Un grupo de 33 jubilados senderistas llamados «Los Lunes de Marcha», que se encargaron de limpiar, enyesar, pintar, organizar los exvotos, sellar las filtraciones del tejado, arreglar la puerta y ajardinar la ermita, construida en 1716 y catalogada como Bien de Relevancia Local. Por esa protección no se pudo acometer ningún trabajo que afectara a los cimientos, la fachada ni la estructura. Ahora aspiran a que a corto plazo se pueda hacer una restauración en profundidad de la ermita y evitar así que se deteriore más.

Por otra parte, el Puente de los Espejos en Villena se puso en valor hace apenas un año. Antes, fue necesaria la incesante cabezonería del grupo Salicornio para que esta construcción cobrará una nueva vida. Una vez restaurado por la administración local, el grupo de defensa del patrimonio se encargó de programar rutas hasta él para que la población se concienciase de la belleza y la importancia de un elemento patrimonial que se encuentra cerca del Salero Viejo.

Gran parte de los bienes desprotegido en las zonas rurales son parte del patrimonio hidráulico relacionado con el río Vinalopó. Así, conducciones de agua, los aljibes públicos, los molinos, las balsas, los azudes, los minados, las conducciones de riego tradicionales, poco a poco se va desintegrando.

Norias, fincas agrícolas. caseríos y pozos de agua jalonan las tierras de Villena. Muchas de ellas están a punto de desaparecer pero, ya se han alzado algunas voces para rescatar algunos de los bienes que han aguantado mejor el paso del tiempo.

A la canal de Ferro de Petrer, los procesos de oxidación atacan a las placas de hierro de la canal de ferro. Así, están totalmente corroídas, perforadas y desprendidas. Por ello, se colocó un tubo de fibrocemento,para evitar el posible peligro para viandantes y vehículos. Asimismo, a lo largo de la rambla dels Molins se encuentra una decena de molinos en desigual estado. Unos se convirtieron en casas de campo, otros están muy degradados mientras que algunos se conservan en buen estado. Son una edificaciones que precisarían un actuación patrimonial de mejora.

Por otro lado, en el paraje de los Alzajares de Aspe se encuentran cinco ruinas la Fábrica de la Luz, el Puente de Hierro, el Molino del Coquero, el Horno de Román y las casas de Upanel, Canalosa y Monfortera.

La Fábrica de la Luz de Elda es otro los elementos patrimoniales que se ha dejado olvidado y en el que cada vez más se observa como el paso del tiempo hace huella en la edificación sin remedio. Por otro lado, el acueducto del Barranco del Gobernador fue destrozado hace una década y desde Mosaico se ha pedido en más de una ocasión su protección.

Piedra seca

La conselleria de Cultura y Patrimonio se hizo cargó de poner en valor en los hornos de yesos de Villena y allí se quedaron como testigos de una antigua actividad industrial de Villena. Ahora. el ayuntamiento ha decidido reclamarle a Valencia una actuación para limpiar su entorno de la amplía maleza que se ha adueñado de él.

La catalogación de las construcciones de piedra seca como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ha puesto en el foco de mira en este tipo de construcciones. Ya se salvaron algunos de ellos, como el pozo de la nieve de Biar o de los hornos yeso de Villena o los Cerro del Sastre de Sax cuya restauración comenzó en 2017. El conjunto cuenta con tres hornos, uno de ellos de varios metros y en buen estado de conservación, además de dos refugios de los canteros, una escalera en caracol y una era. En Aspe, los hornos de cal y de yeso también son vestigios de un patrimonio olvidado que ha cobrado de nuevo su esplendor.

Mención especial merece la colonia de Santa Eulalia. El conjunto de construcciones, una autentica joya arquitectónica de gran valor histórico y etnológico, fue declarado Bien de Interés Cultural, tras el toque de atención que desde asociaciones e instituciones se realizo para evitar su deterioro. Sin embargo, y a pesar de la declaración, a la colonia no llegan fondos para su restauración.

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