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En la montaña de Petrer

El Seprona investiga la presencia de motoristas en senderos protegidos

La Guardia Civil trata de identificar a los tres pilotos que circularon el domingo por los parajes de Caprala, l'Avaiol y Rabosa

Uno de los motoristas circulando el pasado domingo por el sendero de montaña que une los parajes naturales de Caprala con l'Avaiol. ÁXEL ÁLVAREZ

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga la presencia de motoristas circulando por senderos protegidos de la montaña de Petrer. Los hechos se produjeron en la mañana del pasado domingo cuando se detectó a tres pilotos realizando enduro desde el campamento de Caprala «Carmelo Beltrán» hasta el paraje natural de L'Avaiol. Una ruidosa ruta que continuó por senderos balizados de Pequeño Recorrido (PR) en dirección al parque de montaña «Daniel Esteve» de Rabosa, propiedad del Centro Excursionista Eldense. Cabe precisar al respecto que tanto Caprala como los parajes de Rabosa y l'Avaiol forman parte del Paisaje Protegido de la Sierra del Maigmó y del Cid.

Los agentes del Seprona están tratando de identificar a los autores y, en caso de dar con ellos, se enfrentan a dos sanciones administrativas que llevan aparejadas multas de hasta 600 euros cada una. Así lo establece el Decreto 8/2008 del 25 de enero del Consell por el que se regula la circulación de vehículos en los terrenos forestales de la Comunidad Valenciana. Una infracción respondería al hecho de haber accedido a caminos no autorizados y la otra por circular con la rueda matriz de motocross, lo que degrada el medioambiente y daña los senderos al crear surcos en la tierra y levantar piedras que dificultan el paso de los senderistas.

La Asociación de Amigos del Valle de L'Avaiol lleva años denunciando la presencia esporádica de pilotos que realizan rutas, sobre todo los fines de semana y días festivos, por los enclaves naturales de Petrer con motos de trial y de cross a cuatro tiempos. Miembros de este colectivo naturalista han llegado a mantener enfrentamientos verbales con ellos al recriminarles los destrozos que estaban ocasionando por atravesar, a toda velocidad, un cortafuegos y un bancal sembrado junto a una charca para la observación de la fauna en su hábitat natural.

Anonimato

Se quejan los ecologistas de que los motoristas se amparan en el anonimato al llevar el rostro cubierto con el casco y las gafas, y el resto del cuerpo con los monos de protección y guantes. En algunos casos también se han percatado de que circulan con las matrículas tapadas o modificadas para evitar ser identificados.

«Lo lamentable es que no respetan el medio ambiente, se meten por todas partes, y en estos momentos es uno de los peores problemas que tenemos en nuestras montañas», advierte Néstor Rico, miembro de la Asociación de Amigos del Valle de L'Avaiol, recordando, asimismo, que hace un par de años también vieron a varios motoristas por el cortafuegos de la sierra del Chocolate. Pasaron a cincuenta metros de donde se encontraba anidando un ejemplar de águila culebrera y, al ser advertidos de la situación, respondieron con insultos.

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