El hombre de 80 años que fue detenido durante la noche del lunes en La Romana acusado de herir a su hijo con un hacha ha sido puesto en libertad provisional en una causa abierta por un delito de lesiones. Tras pasar la noche en los calabozos, la Guardia Civil de Novelda lo trasladó a primera hora de la mañana de ayer al Palacio de Justicia de Novelda. El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3, que ayer se encontraba en funciones de guardia, le tomó declaración y, tras estudiar las diligencias, escuchar la petición del abogado y atender el dictamen del fiscal, decidió dejarlo libre con cargos a la espera de que se fije la fecha para la celebración del juicio. Únicamente le ha impuesto una orden de alejamiento y la prohibición de comunicarse con su hijo.

Poco antes de las dos de la tarde el arrestado abandonaba el edificio judicial en un coche patrulla de la Guardia Civil.

En la resolución adoptada han influido varios factores. Entre ellos la superficialidad de las heridas que el padre le ocasionó supuestamente a su hijo, así como el hecho de que la pelea surgiera de forma espontánea, tras una acalorada discusión en la que, al parecer, ambos se agredieron. Pero lo más relevante es que no ha quedado totalmente demostrado que el presunto agresor acudiera al Hospital General Universitario de Elda con una escopeta, siguiendo a su hijo tras el primer ataque, con la presunta intención de rematarlo. El testimonio ofrecido por una mujer no ha podido acreditarse a pesar de que aseguró a los agentes que se encontraba en el centro hospitalario con su hija, sobre las siete de la tarde del lunes, cuando se percató de la presencia de un hombre mayor que estaba deambulando por las inmediaciones de Urgencias con una escopeta de caza. Fueron precisamente sus gritos los que alertaron a los profesionales sanitarios que, a su vez, avisaron, a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Elda-Petrer.

La víctima había ingresado unos minutos antes en Urgencias tras ser supuestamente atacado con un hacha por su propio progenitor. Así lo indicó mientras recibía las primeras atenciones médicas tras dirigirse al Hospital General Universitario de Elda al volante de su vehículo.

El suceso movilizó a todas las patrullas de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Elda-Petrer, desplegándose un rápido dispositivo al que también se sumó la Policía Local y la Guardia Civil. A pesar de ello se pensó que el octogenario había logrado huir en su coche en dirección a La Romana, donde posee una segunda residencia. Una casa de campo en la que pasa largas temporadas con su esposa, su hija y su hijo, aunque la familia tiene fijado su domicilio en Elche.

El operativo de búsqueda se amplió a toda la comarca, llegando incluso a extenderse a Elche, y dio el resultado esperado. Sobre las ocho de la tarde, solo una hora después de producirse el hipotético incidente en el Hospital de Elda, el sospechoso fue localizado y retenido por la Guardia Civil en su chalé de La Romana. Los agentes aguardaron la llegada de la Policía Nacional para intercambiar información y, a continuación, procedieron a su arresto, siendo trasladado poco antes de las diez de la noche al cuartel de la Guardia Civil de Pinoso.

Registro domiciliario

En el registro domiciliario no apareció ningún rastro de la escopeta. Tanto la mujer como la hija del arrestado admitieron que se produjo una pelea entre padre e hijo, fruto de los conflictos de convivencia que mantienen desde hace años, pero negaron de forma insistente que el acusado tuviese armas y hubiera abandonado la vivienda tras marcharse su hijo herido a Urgencias. Una versión que el detenido también mantuvo ante los agentes y el juez, por lo que la acusación se ha basado únicamente en un supuesto delito de lesiones siendo rechazada, a priori, la presunta tentativa de homicidio.

El hijo tiene 48 años y su estado de salud no reviste gravedad. Fue atendido por el equipo de Urgencias de las heridas superficiales que presentaba en las piernas y la cabeza, requiriendo algunas de ellas puntos de sutura. De hecho, a las nueve y media de la noche recibió el alta y abandonó el centro.

Mientras varias patrullas de la Comisaría iniciaban la búsqueda, dos dotaciones acudieron a los accesos del hospital para proteger a la víctima ante el temor inicial de que el padre pudiera regresar con la presunta intención de rematarlo. De ahí que los agentes portaran armas largas para repeler un posible ataque. Una imagen que generó revuelo e inquietud entre enfermos, familiares y trabajadores del hospital hasta que, pasadas las ocho de la tarde del lunes, las patrullas abandonaron el lugar una vez que la Guardia Civil confirmó que tenía localizado y retenido al padre en su segunda residencia de La Romana.