Los jóvenes y niños festeros de Villena han vuelto a demostrar su valía en el desfile de La Esperanza, el dedicado a los más pequeños. El acto ha cambiado de día y de hora. Así por primera vez, el desfile infantil y juvenil se ha llevado a cabo en la tarde del 7 de septiembre, tradicionalmente se desarrollaba en la mañana del 6 de septiembre. Una modificación encaminada a acabar con los golpes de calor que en los últimos años padecían los niños por el horario del desfile.

Horas antes del desfile un aguacero llegó a presagiar problemas con la climatología. Pero finalmente el sol lució en la tarde del día 7. Así, a las cinco y media de la tarde, abrió el desfile desde las inmediaciones de la plaza de María Auxiliadora la Regidora Infantil, Alba Ruiz, acompañada de los Embajadores Infantiles, Pedro Gil y Eloy Ruiz y la Banda Juvenil de Música de Villena. Después fueron los jóvenes festeros de la comparsa de Moros Viejos, con la alegría del pasodoble, los que se abrieron paso por la avenida Constitución. Tras ésta el saber hacer de los niños de las comparsas de Moros Nuevos y Bando Marroquí. Después fue el turno de los Moros Realistas desfilando a marcha mora. Tras ellos la comparsa de Moros Nazaríes, con un boato precediendo a los jóvenes festeros, y los Moros Bereberes. Y los Piratas, con su alegría desbordada al son de pasodobles, cerraron el bloque del bando moro.

Fue la comparsa de Estudiantes la encargada de abrir el desfile del bando cristiano, seguida de los Marinos Corsarios y el arte de las comparsas de Andaluces y Labradores. Después la comparsa de Ballesteros llevó a cabo un boato especial para continuar con la alegría de los niños de la comparsa de Almogávares. El desfile lo cerró la comparsa de Cristianos, con sus tradicionales avances.

Cada año el desfile de La Esperanza crece en espectáculo. Son muchas las comparsas que incorporan boatos en los que participan los socios más pequeños de las comparsas. Todo ello encaminado a mostrar el buen hacer festero, como garantía de continuidad de las fiestas de Moros y Cristianos de la capital del Alto Vinalopó. Con el desfile de La Esperanza llega el colorido y la alegría. Los niños de las comparsas cautivan al espectador con su forma de desfilar, con la meticulosidad convertida en espectáculo de los boatos y con esa ilusión que trasmiten con sus miradas.