Una vida plena es la que deja en el recuerdo Pepe Peñataro. En junio de 2018 el Casino Eldense le hizo entrega de la Medalla de Oro tras más medio siglo creando empleo y riqueza al frente de su empresa familiar de calzado.

Fue el último acto público en el que participó recogiendo emocionado el galardón de la centenaria entidad. Hoy ese momento se convierte en una entrañable despedida al coincidir con las vísperas de las Fiestas Mayores, la fecha predilecta para un devoto de la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso, los Santos Patronos de Elda, por los que el fallecido sentía auténtica devoción.

El empresario, exconcejal y exdiputado provincial y autonómico del Partido Popular murió ayer a los 84 años arrollado por su propio vehículo automático a la entrada del garaje de la calle Cura Navarro donde residía. Eran las 12.30 horas cuando descendió de su Peugeot 207 dejando la marcha puesta o sin echar el freno de mano. Será la investigación policial la que determine los detalles. Una vez que se encontraba en el exterior el vehículo se desplazó repentinamente, golpeándolo con la puerta del conductor que había dejado abierta, lo que hizo que cayera al suelo quedando atrapado debajo de una de las ruedas. Últimamente tenía dificultades para caminar así que no tuvo posibilidad de reaccionar a tiempo. Tampoco pudieron hacer nada los jóvenes que lo socorrieron en el mismo momento del suceso, ni los efectivos de la Policía Local y el SAMU que trataron de reanimarlo minutos después. Una aciaga muerte que recuerda a la ocurrida el pasado 14 de agosto en Castalla, cuando una mujer de 38 años fue atropellada por su propia furgoneta, de la que acababa de bajarse, mientras intentaba detenerla porque se iba marcha atrás.

El cadáver de Peñataro fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Alicante para practicarle la autopsia y está previsto que llegue a la sala 1 del Tanatorio de Elda-Petrer a partir de las 9.30 horas de este jueves, habiéndose fijado el entierro para las 10 horas de mañana en el templo parroquial de Santa Ana.

Otra desgracia para la familia de Pepe Peñataro -especialmente para sus dos hijos- ya que tres meses atrás falleció su esposa Ketty tras una larga convalecencia.

Junto a su faceta empresarial desarrolló una destacada carrera política. Salió elegido concejal del Partido Popular en 1983 -ocupaba el segundo puesto de la lista- y, tras la marcha de Pepe Cremades al Senado, asumió la portavocía y el liderazgo del grupo municipal ejerciendo una oposición honesta y constructiva. Posteriormente desempeñó los cargos de diputado provincial y autonómico compaginándolos con la presidencia local del PP durante una larga etapa. Pero también estuvo muy vinculado a las fiestas de Moros y Cristianos de Elda. Pertenecía a la comparsa de Zíngaros y a la escuadra Gran Reserva que consiguió, entre otras cosas, que el Hospital General Universitario de Elda lleve el nombre de Virgen de la Salud. Precisamente las fuertes creencias religiosas marcaron su vida. Cercano a Cáritas era un hombre de fe, apasionado de Elda y colaborador de colectivos sociales.

Su fallecimiento ha tenido una amplia repercusión en la ciudad. El alcalde Rubén Alfaro ha lamentado su pérdida. «Una triste noticia porque se trata de una persona muy reconocida en nuestra ciudad, por su trayectoria como industrial y por su etapa como concejal y diputado provincial, así como por su vinculación a la fiesta de los Moros y Cristianos. Desde el Ayuntamiento queremos transmitir nuestro pésame a la familia y a todos su allegados», indicó en un comunicado. Desde el grupo popular municipal su portavoz, Fran Muñoz, ha agradecido «todo lo que Pepe aportó a la ciudad como industrial y político. Es parte de nuestra historia como partido y siempre será recordado por nosotros con mucho respeto y cariño». También desde la Asociación Amigos del Castillo de Elda y del Casino Eldense, entidades de las que era socio, se ha trasmitido el «sentido pésame» a la familia y amigos de José Peñataro Pérez. Resulta difícil de asimilar pero ya no volveremos a ver a Pepe recorriendo las calles de su amada Elda.