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Las fiestas de Moros y Cristianos se rebelan contra la subida del 50% en el precio de la pólvora

Medio centenar de poblaciones de Alicante, Valencia, Murcia y Albacete exigen al Gobierno que frene un aumento del coste «desmesurado y de gravísimas consecuencias» para un patrimonio cultural único en España

El alto precio de la pólvora y las trabas legales ponen en peligro la continuidad de los tradicionales actos de arcabucería en las fiestas. ÁXEL ÁLVAREZ

El subidón que ha experimentado el precio de la pólvora negra de arcabucería ha hecho explotar a las poblaciones que celebran fiestas de Moros y Cristianos. Prueba de ello es que cincuenta municipios de las provincias de Alicante, Murcia, Valencia y Albacete se han unido para alzar su voz contra un incremento inesperado del 50% sobre el precio previsto. Un coste que califican de «desmesurado y abusivo» porque, en apenas un mes, ha pasado de 32,5 euros el kilo a 48,7 euros. Por eso instan al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a intervenir en el conflicto para frenar una subida que, en caso de mantenerse, traerá «gravísimas consecuencias» para el futuro de los alardos, las guerrillas y los actos de arcabucería con los que se acompañan las procesiones patronales de los pueblos fieles a una costumbre histórica. Un festejo de fuego que forma parte del patrimonio cultural y que cada vez encuentra más obstáculos administrativos, legales y ahora también comerciales para evitar su desaparición.

La reciente subida del precio del explosivo ha colmado la paciencia de los festeros. Y hay más de 78.000 censados en toda España. Los representantes de las 18 juntas centrales que han dado el primer paso -Elda, Villena, Petrer, Sax, Onil, El Campello, Beneixama, Mutxamel, Biar, Altea, Xixona, Caudete, Almansa, Torrent, Valverde del Júcar, Yecla, Ontinyent y Aielo de Malferit- cuentan también con el apoyo de la Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos, la UNDEF, de la que forman parte 73 poblaciones pertenecientes a siete provincias -Alicante, Valencia, Murcia, Albacete, Toledo, Cuenca y Lleida- de las Comunidades Autónomas de Valencia, Murcia, Castilla-La Mancha y Cataluña. Forman, por tanto, una «gran familia festera» que quiere seguir conservando las señas de identidad de una tradición que parte de la soldadesca, da origen y sentido a los actos de Moros y Cristianos y tiene su inicio documentado por fuentes escritas en el siglo XVI.

A las once de la mañana del próximo lunes los afectados informarán en Ontinyent, en una comparecencia pública que tendrá lugar en la Sociedad de Festeros del Santísimo Cristo de la Agonía, sobre las «gravísimas consecuencias» que la subida del precio de la pólvora negra, muy por encima del previsto, acarreará al desarrollo del acto del disparo, del que recuerdan que es «un elemento esencial e imprescindible en las fiestas de Moros y Cristianos». También se expondrán las demandas dirigidas al Gobierno central para que ponga fin a una situación que está produciendo un «enorme perjuicio».

Es el comienzo de una campaña reivindicativa que tiene por lema: «Sin pólvora no hay fiesta. Patrimonio de nuestros pueblos». Es la primera reacción de peso a un problema que viene de mucho tiempo atrás. En el periodo de 2008 a 2012 el precio de la pólvora experimentó su primera subida pasando de costar 14 euros el kilo a 19,5 euros. Pero desde 2014 hasta 2020 el incremento va a ser prácticamente del doble al pasar de 25 a 48,7 euros el kilo. Esto es, en los doce últimos años el coste de la pólvora de arcabucería se ha disparado en un 242%. Un alto precio, al que se suman la compra de los pistones y el alquiler o mantenimiento de los arcabuces, que está llevando a muchos tiradores a dejar de disparar en las fiestas para recluirse en los cuartelillos, sedes o guaridas festeras. Por eso los dirigentes de las comparsas coinciden en señalar que si no se reduce el coste del explosivo la tradición podría sucumbir porque, al final, solo las capitanías mantendrán estos actos.

Explosión en Alemania

El origen del problema está en el desabastecimiento de la pólvora que se importaba desde Alemania. La factoría germana que elaboraba el explosivo sufrió un accidente en noviembre de 2018 y la producción se detuvo mientras se abría una investigación para determinar las causas y se reparaban los desperfectos ocasionados por la deflagración. El único proveedor autorizado por el Ministerio para comercializar la pólvora negra de avancarga en España, la mercantil Albaceteña de Explosivos sita en Montealegre del Castillo y dependiente de la firma Maxam con sede en Madrid, tuvo que adquirir entonces pólvora de Portugal e Italia para atender la demanda de las poblaciones que se disponían a celebrar sus Moros y Cristianos. Sin embargo la mercancía adquirida no llegó en los plazos previstos -de ahí que Biar, Muro y el barrio de San Blas en Alicante se quedarán sin tiros- ni reunía la calidad exigida. Estaba muy granulada y los arcabuces no quemaban toda la carga, por lo que una pequeña cantidad de la misma terminaba esparciéndose por el itinerario de las guerrillas, procesiones y alardos con el consiguiente riesgo para festeros y público. Ello ha llevado a la compañía a comprar este verano en Suiza una pólvora más fina y de más calidad, pero también más cara, lo que ha disparado su precio.

Preocupación entre los festeros ante una bajada mínima

El problema surgido por el desabastecimiento de la pólvora de avancarga procedente de Alemanía podría solucionarse en el último trimestre de 2019. Actualmente la factoría germana está al 30% de su capacidad productiva tras retomar la actividad una vez superado el accidente. Pero está previsto que el próximo noviembre recupere el 100%. A partir de ese momento la firma suministradora española volverá a adquirir la pólvora en Alemania. Pero a los festeros les preocupa que la distribuidora mantenga los altos precios actuales o bien realice una bajada simbólica.

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