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SOS por la estación de Monóvar-Pinoso

La asociaciones Mosaico y Xinosa reclaman a los ayuntamientos de Elda y Monóvar que la adquieran y eviten su deterioro con un uso social o cultural

El deterioro de la estación Monóvar-Pinoso es palpable. Áxel Álvarez

Dos colectivos conservacionistas del patrimonio, Mosaico de Elda y Xinosa de Monóvar, han lanzado una llamada de socorro para rescatar del olvido y del deterioro la estación de tren Monóvar - Pinoso, situada en término municipal de Elda. Las asociaciones reclaman a los dos ayuntamientos que «a través de la Mancomunidad Intermunicipal del Vinalopó se realicen las gestiones oportunas con ADIF para adquirir la propiedad o el uso del edificio y el tinglado ferroviario anexo para su aprovechamiento dándole un uso social, cultural, educativo o deportivo», según han hecho público.

El deterioro de la estación es palpable y, a pesar de las alertas de distintos colectivos para rescatar el edificio, la administración ferroviaria (ADIF) ha hecho oídos sordos. Desde Mosaico se explica que «su situación la hace especialmente vulnerable al deterioro, a la ruina y al riesgo real de demolición por parte del ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias). Por otra parte, desde Xinosa se explica que «a pesar de estar incluida en el plan de ADIF 2018-2020, la cosa no pinta nada bien».

La estación está incluida en el catalogo de Bienes y Espacios Protegidos de Elda como Bien de Relevancia Local. En su ficha se especifica que «fue construida según el proyecto presentado el 30 de abril de 1.853 por J. Gómez Ortega, y redactado por el ingeniero Agustín Elcoro Berecíbar. Cuatro años después, y a raíz de una exposición que hizó M. Jullien a la Compañía MZA, le debió ser encargada alguna modificación y ampliación de las instalaciones, llevándose a cabo las mismas en el año 1.858».

Escuela, ermita y viviendas daban vida al barrio de La Estación, en los siglos XIX y principios y mediados del XX, que tenía al ferrocarril y al autobús de «El Colilla» como referentes. A través de ella, se distribuía el vino de las bodegas y el mármol por el territorio peninsular. El último tren que paró en la de Monóvar-Pinoso trasladaba los restos del escritor Azorín, procedentes de Madrid al camposanto de Monóvar. En la actualidad, y a pesar del número de frecuencias ferroviarias implantadas entre Villena y Alicante, el apeadero sigue en desuso.

Uso

Recuperar la estación como bien patrimonial no es el único objetivo de las dos asociaciones. Defienden que se le dote de uso para que su mantenimiento evite que el deterioro vuelva a hacer mella en la construcción.

Los eldenses de Mosaico abogan por que se convierta en un espacio cultural. El presidente de la asociación, Emilio Gisbert, explica que «no nos corresponde decir qué uso le daríamos pero crear un museo del ferrocarril no estaría mal».

Sin embargo, a la sociedad civil de Monóvar le gustaría que recuperará su uso como parada de transporte ferroviario tanto de viajeros como de cercanías. De hecho, el pasado octubre con motivo de la ampliación de las frecuencias ferroviarias en el corredor del Vinalopó, el gobierno local de Monóvar lamentó que «la estación se haya quedado al margen de los planes del Ministerio de Fomento» y, al mismo tiempo, reivindicó que «se incluya a Monóvar en el programa de cercanías de la comarca».

Respecto a esta cuestión, la asociación monovera Xinosa está por la labor de que el apeadero sea justamente eso, una estación de RENFE que dé servicio a Monóvar y Pinoso. Sin embargo, en este sentido no es optimista y por eso se une a la petición de Mosaico de reclamar a ADIF el edificio y dotarlo de algún uso para que no termine en la ruina.

Un núcleo ferroviario en tierra de nadie

Junto a la estación de tren se levantó un complejo de edificios para dar servicio a los trabajadores del ferrocarril

La estación corre peligro pero no está sola. A su alrededor se levantaron otros edificios que también se encuentran en una estado lamentable. De hecho, el invierno pasado la escuela sufrió un pequeño derrumbe, síntoma de que este edificio, en el que en el pasado se escuchaba a los alumnos repasar las tablas de multiplicar, no soporta demasiado bien el paso de tiempo ni las inclemencias meteorológicas.

No todas la casas que forman parte del núcleo urbano están en situación de grave deterioro. Algunos de sus dueños las han mantenido en pie y las han conservado en buen estado. No han tenido la misma suerte las de titularidad pública. De propiedad eldense pero con gran vinculación por proximidad con Monóvar, han dejado este complejo ferroviario en tierra de nadie. La pedanía eldense ahora casi deshabitada llego a contar con un alcalde pedáneo así como fiestas patronales propias.

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