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Elda intensifica la vigilancia contra los vertidos con multas de hasta 30.000 euros

El Ayuntamiento pone en marcha un operativo en el que intenta implicar a otros cuerpos de seguridad para acabar con los vertederos ilegales - Los meses de estío son los más proclives a dejar tirados todo tipo de enseres y escombros

Imagen de uno de los últimos vertidos en la partida de Santo Negro. Áxel Álvarez

Los vertidos incontrolados es uno de los caballos de batalla del Gobierno local de Elda. Dispuestos a acabar con el mal hábito de algunos usuarios de verter los desechos de forma irregular, desde las concejalías de Medio Ambiente y Seguridad Ciudadana se ha diseñado un programa que se pone en marcha este mes de agosto. Hasta 30.000 euros de multa pueden sufrir quienes dejen tirada por los distintos parajes del termino municipal la basura, ya sean enseres, escombros o material procedente de industrias.

Una de las primeras actuaciones es intensificar la vigilancia en los parajes en los que más se suelen ver este tipo de escombreras ilegales y así erradicarlas antes de que se acumulen los vertidos. En este sentido, la concejala de Medio Ambiente, Sarah López, junto al edil de Seguridad Ciudadana, Enrique Quilez, mantuvieron ayer una primera reunión con los mandos de la Policía Local de Elda y con representantes del Seprona, con el objetivo de adoptar las primeras medidas. Para conseguir mantener los vertidos a raya es imprescindible la actuación de las fuerzas de seguridad así como la colaboración ciudadana.

A este respecto, López indica que «no es fácil porque es necesario contar con efectivos suficientes, tanto del Ayuntamiento como de la Guardia Civil, pero vamos a tratar de implicar a otros cuerpos de seguridad, como la Policía Autonómica o la Policía Nacional». Es la primera vez que además de con los recursos municipales se intenta atajar estos vertederos irregulares con la coordinación de otros cuerpos de seguridad.

La limpieza de los distintos parajes naturales en los que se han encontrado vertidos le han costado al Ayuntamiento de Elda miles de euros. De hecho, en el mes de diciembre de 2018 se realizó la última actuación de limpieza para retirar enseres, escombros y otros restos. Las cifras de la recogida asombran. Se llegaron a eliminar 60 metros cúbicos de enseres y 170 toneladas de escombro. El coste de esta limpieza superó los 8.290 euros.

Así, el gasto total de los tratamientos de los residuos y enseres que se realiza en el ecoparque costó el año pasado al municipio más de 128.000 euros. Una muestra de la gravedad del tema son los 2.895 colchones que se retiraron de las calles en 2017, cuyo tratamiento en el ecoparque supuso al erario público 31.845 euros.

La vigilancia es una de las tres patas de una estrategia que aboga también por una mayor concienciación y por la imposición de sanciones. A este respecto, en la ordenanza medio ambiental se estipula que cualquier vertido incontrolado de residuos está sancionado con multas que van de los 600 de las infracciones leves a los 30.000 euros de las graves. Cualquier vertido de voluminosos o escombros, salvo que sea de muy escasa cantidad, son calificados de graves . Y en esta ocasión, se pretende que las sanciones no queden en papel mojado. Elda ha declarado la guerra a este tipo de vertidos con todo su armamento y recuerda que la normativa establece que los residuos debe ser tratado por gestores autorizados.

La concejala de Medio Ambiente ha recordado que «todos los ciudadanos pueden depositar sin coste alguno diferentes tipos de residuos en el ecoparque, de martes a domingo».

Los últimos vertidos

El último vertido de considerables proporciones que se pudo ver en el termino municipal fue, a principios de julio,en la partida de Santo Negro. En pleno casco urbano se dejaban arrumbados escombros, enseres y poda, electrodomésticos averiados, colchones y ropa vieja que compartían espacio con productos tóxicos industriales y restos vegetales de plantaciones de marihuana.

Es en verano cuando los depósitos irregulares se incrementan tanto en el casco urbano como en parajes naturales. Algunos vecinos aprovechan para hacer mejoras en casas y campos y después no dejan los restos en el ecoparque. Por ello, el incremento de vigilancia se realiza en estos meses.

El año pasado, en el mes de agosto, se vivió otro de los atentados ecológicos más importantes por depósitos irregulares. A lo largo y ancho del casco y urbano y de parajes de la ciudad se abandonaron 120 colchones. Finalmente, se identificó al presunto autor de los hechos y se le abrió un expediente sancionador.

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