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Un mago de Petrer triunfa en las Vegas en un abracadabra

Adrián Carratalá gana un concurso de televisión en Estados Unidos haciendo desaparecer el anillo de una espectadora

Para el mago Adrián Carratalá, Petrer es su base de operaciones. Áxel Álvarez

Engañar a dos de los magos más prestigiosos del mundo del ilusionismo es el reto que propone el concurso televisivo «Penn and Teller Fool Us», de la cadena The CW estadounidense, que se puede ver en Netflix. El mago de Petrer, Adrián Carratalá, lo consiguió y se alzó con el trofeo Fooler. Aunque el programa se grabó en el mes de marzo en Las Vegas, el concurso se emitió ayer en el «prime time» de noche en Estados Unidos, en horario español de madrugada, y por fin se conoció que había logrado la victoria.

El mago relata que «el efecto que mostré a Penn & Teller consiste en hacer desaparecer el anillo de una espectadora de la punta de los dedos, haciéndolo reaparecer al instante atado en el cordón de mi zapato». Durante el veredicto, el jurado insistió en que el mago debía ocultar algún tipo de trucaje bajo su ropa y por ello, Adrián llegó a desnudarse y quedarse en ropa interior en medio del escenario para demostrar que no era así.

En cada episodio del concurso, cinco ilusionistas de todo el mundo presentan sus trucos originales, con el objetivo de que la pareja de magos del jurado no sea capaz de descubrir cómo se ha hecho. Según datos de la cadena, de los más de 350 que han pasado por el programa en sus seis temporadas, sólo el 15% ha logrado engañar al jurado, y Adrián Carratalá ha sido uno de ellos.

Sus comienzos en el Castelar

Adrián no se podía imaginar, en su debut con 10 años en el Teatro Castelar, que a penas superada la treintena se le abrirían las puertas del mercado americano. Con elementos actuales y cotidianos como móviles u objetos que les presta el público y unas altas dosis de humor absurdo, Carratalá no sólo hace trucos de magia sino que también los inventa. Son juegos muy originales y rápidos para mantener la atención del público. Lejos quedaron para él, las típicas cuerdas o cartas con las que todos nos imaginamos a un ilusionista. «Es magia del siglo XXI» apostilla.

Su casa está en Petrer y desde allí, él y su mujer y compañera de trabajo Katherina viajan por toda España. Los guiones los prepara en castellano pero, en alguna ocasión, se ha enfrentado a un público anglosajón. Trasladar sus chistes o «gags» al humor inglés complica mucho más la puesta en escena. Así, en Las Vegas además de engañar a dos grandes magos tuvo que superar la prueba de provocar una sonrisa en el público.

Carratalá cuenta que uno de los aspectos que le impresionó de esta experiencia es la grandeza del formato televisivo, «tan grande o más de los que parece». «El despliegue de medios técnicos es importantísimo y cuidan mucho de la magia, de los artistas», concluye.

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