Una carretera de Elda situada en pleno casco urbano se ha convertido en un vertedero ilegal donde escombros, enseres y poda, electrodomésticos averiados, colchones y ropa vieja comparten espacio con productos tóxicos industriales y restos vegetales de plantaciones de marihuana. Los vertidos se encuentran dispersos en los márgenes del deteriorado vial, que apenas tiene 300 metros y se halla en la partida Santo Negro, entre el hospital y el tanatorio, muy cerca del instituto de FP Valle de Elda.
El acopio de residuos se viene produciendo desde hace varios meses pero en las dos últimas semanas se ha disparado. Así lo denuncian los vecinos de los barrios colindantes de La Torreta y Estación con los que este diario contactó ayer, tras visitar el lugar donde antaño se encontraban las instalaciones del tiro de pichón. Un enclave solitario, sin señales ni alumbrado público, por el que apenas transitan personas ni vehículos debido, entre otros motivos, a los enormes socavones que presenta el firme. Todo ello facilita el anonimato para dar lugar a este tipo de actitudes incívicas e ilegales que generan contaminación y suponen un elevado coste para el Ayuntamiento. De hecho, el gasto total de los tratamientos de los residuos y enseres que se realiza en el ecoparque costó el año pasado al municipio más de 128.000 euros. Además, los infractores se exponen a sanciones que pueden ir de los 600 a los 30.000 euros.
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En cualquier caso no es algo nuevo. El verano suele ser aprovechado para hacer mejoras en casas y campos, lo que puede explicar la presencia en la zona de decenas de cubos de pintura que dificultaban, incluso, el paso de vehículos. Pero el desecho más peligroso, por ser corrosivo e inflamable, es la veintena de bidones llenos de colas y disolventes que suelen usarse en el sector calzado. Por su toxicidad deberían ser retirados por un gestor autorizado, lo que implica un gasto que los talleres clandestinos no quieren ni pueden asumir.
El Ayuntamiento ya ha sido informado y retirará todos los residuos. Precisamente ayer, desde la concejalía de Servicios Públicos se dio cuenta de la recogida de otros vertidos junto a los contenedores del camino de la marmolera, en la antigua carretera de Monóvar. El concejal José Antonio Amat ha anunciado que se va a intensificar la vigilancia policial, ha pedido la máxima colaboración ciudadana para mantener la ciudad limpia y ha recordado, que tanto la recogida de enseres como el uso del ecoparque, son servicios gratuitos.
Pero lo más llamativo en este caso es la presencia de decenas de bolsas de hojas, ramas y tallos secos de marihuana junto a los botes de fertilizantes utilizados. Los «jardineros» que se dedican al cultivo indoor de Cannabis sativa realizan entre tres y cuatro plantaciones al año. Así que, cuando recogen los cogollos, tienen que deshacerse del resto y lo suelen hacer bien lejos para no despertar sospechas.
