La presencia de robots en las viñas podría estar más cerca de lo que se piensa. El tradicional sector del vino sigue un proceso de modernización que le está llevando a profundizar en las ventajas de la robótica para mejorar la calidad y cantidad de su producción. Con este objetivo Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana ha celebró ayer en Algueña una jornada dirigida a cooperativas vitivinícolas, en la que se abordaron diferentes temas relacionados con la actualidad del sector. Contando con la colaboración del IVIA, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, se realizó una demostración de aplicaciones de robótica en el campo. Actividad práctica que se complementó posteriormente con una charla sobre el tema a cargo de Sergio Cubero, del Centro de Agroingeniería del Instituto. La mecanización de actividades agrarias permite mejorar la eficiencia y la sostenibilidad, tanto económica como medioambiental, de los cultivos, además de abrir la puerta a la implantación y desarrollo de la agricultura de precisión. Entre sus aplicaciones más destacadas, según indicó el experto, se encuentran la detección automática del estado vegetativo de los cultivos, la realización de predicciones de cosecha con mayor precisión o la detección temprana de posibles plagas y enfermedades.

Durante la jornada también se mostraron aplicaciones prácticas de robótica en el campo sobre recogida de imágenes con cámaras de infrarrojos, relacionadas con el proyecto H2020 XF-Actors.

Xylella fastidiosa

En este programa participa el IVIA junto a 28 centros de investigación y empresas procedentes de 13 países diferentes. El objetivo de esta línea de investigación dotada con siete millones de euros es mejorar la prevención, detección precoz y el establecimiento de medidas de control de Xylella fastidiosa.

Para José Miguel Medina, presidente de la sectorial del vino de Cooperatives Agroalimentàries, «las aplicaciones de la robótica en el sector vitivinícola pueden ser de gran utilidad para disponer de información sobre el cultivo. A través de sensores o drones podemos acceder con gran precisión a datos ambientales y del viñedo: humedad, temperatura, conductividad del suelo, estado vegetativo, con los que optimizar el riego o vigilar la presencia de plagas y enfermedades», destacó ayer en Algueña.