La aparición de un enjambre de una desconocida especie de avispa gigante generó alarma y revuelo en la zona de La Jaud Elda, obligando a intervenir a Bomberos, Policía Local e incluso a un experimentado apicultor y a un entomólogo experto en insectos.
Fue la propietaria del chalé, ubicado en la calle Francisco Crespo García, quien llamó al 112 al detectar la existencia de lo que describió inicialmente como un enjambre de avispas asiáticas que se mostraban muy agresivas. Se encontraban en un tronco seco de sauce y eran insectos voladores de color negro con rayas amarillas en el abdomen que llamaban la atención por su gran envergadura. La mujer decidió pedir ayuda porque en la noche anterior había rociado el tronco con insecticida pero, lejos de ahuyentar a los avispones, el número aumentó durante la mañana siguiente y el riesgo latente era cada vez mayor.
Se requirió entonces la presencia de un apicultor, Antonio Pagán, quien se desplazó inmediatamente a la vivienda. El experto lleva desde su infancia dedicándose al cuidado de las abejas pero, al acercarse al enjambre, se mostró completamente sorprendido. No supo identificar la especie de la que se trataba, admitió que jamás la había visto en la comarca y se marchó sin actuar.
Poderoso pero inofensivo
Acudió entonces una dotación del Parque de Bomberos Elda mientras se consultaba a un especialista en la materia. Éste descartó que se tratara de la temida avispa asiática. Entre otros motivos porque necesita un ambiente húmedo y el clima seco del Mediterráneo no le favorece. Ante el riesgo para las personas, los efectivos del Área Operativa del Vinalopó procedieron a sellar la boca de entrada del tronco donde se encontraban los himenópteros. De este modo acabaron con el problema. Pero antes tomaron fotografías para continuar con las indagaciones al objeto de identificar la especie que tantos interrogantes estaba abriendo. También desde la Conselleria de Medio Ambiente solicitaron las imágenes.
Finalmente, a través de las gestiones llevadas a cabo por los bomberos, ha podido averiguarse que se trata de la Megascolia maculata, el mayor himenóptero de Europa conocido en inglés con el nombre de «Mammoth wasp» o «avispa mamut». Mide unos cinco centímetros y, aunque tiene un aguijón imponente y unas poderosas mandíbulas, es inofensiva y no ataca al ser humano salvo que se sienta amenazada. En cualquier caso su picadura no ofrece efectos más graves que los de cualquier otra avispa, aunque su mordedura sí resulta mucho más dolorosa.
Es un avispón solitario que no forma colonias y depende, en gran medida, del escarabajo rinoceronte. Por eso resulta muy difícil encontrarlo en zonas urbanas como ha ocurrido estos días en Elda. La hembra de Megascolia maculata busca entre los troncos de los árboles larvas de los escarabajos para depositar en ellas un huevo, del que emergerá el futuro avispón. Pero el uso de plaguicidas y pesticidas en los cultivos está reduciendo la población del escarabajo rinoceronte, lo que está repercutiendo a su vez en la progresiva desaparición de la «avispa mamut». Un insecto que atemoriza por su aspecto aunque nada tiene que ver con el peligroso avispón gigante de Japón.
Los bomberos del Vinalopó aumentan las intervenciones para retirar abejas
El cambio climático, el creciente abandono de los cultivos y el mayor uso de insecticidas altera el ciclo vital de los insectos
Las intervenciones de los bomberos para retirar enjambres de abejas o avispas aumentan de forma progresiva cada primavera en el Alto y Medio Vinalopó. «Décadas atrás eran servicios muy esporádicos pero en los últimos años se han disparado y son cada vez más frecuentes», apunta el suboficial jefe de la Zona Operativa, Amancio Guerrero.
El cambio climático con la consiguiente falta de lluvias, el abandono de los cultivos por su baja rentabilidad y el incremento de los insecticidas y plaguicidas para aumentar las cosechas están alterando el ciclo biológico de los himenópteros, que forman uno de los mayores órdenes de insectos, en el que se incluyen alrededor de 153.000 especies, siendo las hormigas, los abejorros, las avispas y las abejas los más comunes.
Los expertos recuerdan que son los insectos más beneficiosos para el ser humano y, de hecho, la abeja doméstica o abeja melífera está protegida por la ley al haber sido catalogada como «ganado semoviente productivo» por su gran actividad polinizadora.
En la primera semana de junio este diario informó de la presencia de una colmena con más de 30.000 abejas en los pilares de acceso a una casa de campo de Beneixama. Los propietarios de la vivienda, situada en El Campet, pidieron ayuda y los tres bomberos del Parque de Villena que intervinieron emplearon más de dos horas en retirar toda la colmena. Es un ejemplo más de las numerosas intervenciones que los bomberos realizan cada año, empleando para ello el mismo traje y las mismas técnicas que los apicultores.
