La aparición de un ataúd de bebé abandonado a las espaldas del castillo de Sax ha obligado a intervenir a Policía Local y Guardia Civil para intentar determinar su procedencia y tranquilizar a los vecinos que lo encontraron. Del macabro hallazgo tuvieron conocimiento los agentes hace unos días tras recibir el aviso de una mujer que paseaba por el paraje del Coso, el camino que discurre paralelo al río Vinalopó y conduce a la Colonia de Santa Eulalia.

El pequeño féretro de madera se encontraba junto a unos contenedores de residuos órganicos y de reciclaje. Los agentes de la Unidad de Medio Ambiente se desplazaron a la zona y, al abrir la tapa, encontraron en su interior la máscara de un mono diabólico junto a unos pequeños restos indeterminados. Ante tan peculiar vertido la Policía Local inició una investigación y también se dio aviso a la empresa encargada de la recogida de basuras para que procediera a retirarlo. Las posteriores averiguaciones realizadas en los cementerios de Sax y de los municipios vecinos, a través de sus respectivas autoridades municipales, han permitido descartar actos vandálicos, robos o profanaciones. Pesquisas que han llevado a la Policía Local, tal y como ha explicado su jefe Raúl Alós, a barajar la hipótesis de que la caja procedería de la reforma o derribo de algún almacén o casa vieja. Tampoco se descarta que tenga su origen en una exhumación para enterrar a algún familiar en el mismo nicho. De hecho, los sepultureros consultados aseguran que la caja fue usada porque se aprecian los cordeles y le falta el raso que cubre el almohadillado. Confirman igualmente que, por su tipología y materiales de fabricación, se trata de un féretro de los años 70 y 80. Cuando se produce una reducción de este tipo los restos -ataúdes, ropa y objetos- deben ser incinerados. Pero como la mayoría de los cementerios carecen de este servicio suelen acabar en los contenedores de basura.

Es posible, en tal caso, que la caja haya acabado finalmente en manos de un grupo de jóvenes que la han utilizado para realizar una gamberrada de miedo introduciendo la máscara del mono diabólico dentro. Algo que explicaría el hecho de que, sobre las nueve de la noche del pasado miércoles, un vecino de Sax se diera de bruces con el pequeño féretro en la calle que rodea la cara norte del castillo; un vial muy frecuentado por caminantes y deportistas. Desconociendo las gestiones llevadas a cabo por la Policía Local, decidió avisar a la Guardia Civil y una patrulla se personó minutos después en el lugar. Los agentes inspeccionaron la caja mortuoria y, según se ha informado desde la Comandancia, decidieron acabar con el problema arrojándola a un contenedor de basura para evitar que siguiera creciendo el alarmismo a través de las redes sociales.

Magia negra

Este diario también ha consultado a varios expertos en santería y prevalece la opinión de que no hay suficientes pruebas para pensar que este «objeto de poder» haya sido utilizado para realizar «obras o trabajos» de vudú, hechizos o brujería. El único elemento distorsionador es la presencia de la máscara que da lugar a diferentes interpretaciones porque, en ocasiones, se utilizan en ritos de magia negra. Sin embargo la ausencia de otros símbolos o elementos demoniácos parecen descartar tal extremo.

La «broma» del féretro que apareció en una concurrida calle de Villena

Dos operarios lo encontraron mientras limpiaban un solar y se armó un gran revuelo al difundir la foto por las redes sociales

La vecina localidad de Villena fue escenario en abril de 2017 de otra sorpresa fúnebre cuando los vecinos de la calle Félix Rodríguez de la Fuente se encontraron, a primera hora de la mañana, un ataúd junto a los contenedores de basura. La imagen del féretro corrió como la pólvora por las redes sociales y los whatsapp dando lugar a todo tipo de conjeturas.

El revuelo fue tal que desde el Ayuntamiento se solicitó a la empresa de limpieza que trasladase la caja mortuoria al cementerio municipal para ser incinerada.

Finalmente se supo que todo había sido una broma de dos operarios que estaban limpiando un solar de la concurrida calle. En lugar de depositar el ataúd junto al resto de enseres para su traslado, decidieron hacerle una foto junto a los contenedores para subirla a las redes sociales antes de retirarlo. Pero en el caso de Villena el féretro no parecía haber sido usado antes.