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El Seprona paraliza en Biar la perforación de un pozo junto a casas y una ermita del siglo XIII

La Guardia Civil adopta la medida de forma cautelar tras la petición de los vecinos y al no haberse realizado catas arqueológicas previas

El sondeo se encuentra a escasos metros de la ermita de San Ramón. ÁXEL ÁLVAREZ

Los trabajos de perforación de un pozo para el abastecimiento de agua potable en Biar tienen preocupados a los vecinos de la zona por el daño que están sufriendo sus casas, sobre todo por las más cercanas al sondeo. Además, el pozo se encuentra en las inmediaciones de la ermita de San Ramón o el Roser, una construcción histórica que data del siglo XIII y que está incluida en el catálogo municipal de Bienes y Espacios Protegidos. Todo ello ha llevado al Seprona a paralizar los trabajos de forma cautelar.

Los vecinos también han presentado un escrito al Ayuntamiento de Biar pidiendo la inmediata paralización de la perforación, así como la reposición de los daños causados. En el escrito, con más de 40 firmas adjuntas, se asegura que «la construcción se sitúa en zona verde según consta en PGOU y dicho entorno tiene especial protección por estar aledaño de la ermita de San Ramón, construida en el siglo XIII, clasificada como Bien de Relevancia Local». Ante esta situación, uno de los propietarios afectados narra que «tal y como relatamos en el escrito, parece ser que la propiedad donde se ha perforado el pozo no es de titularidad municipal y por ello, un vecino denunció los hechos ante el Seprona y se han paralizado los trabajos». No obstante afirma que «ya se ha pedido a la Conselleria los permisos para realizar las catas arqueológicas, documentación que se debería haber tramitado con anterioridad y por ello se han paralizado las obras». Sin embargo, ante la posibilidad de que se retomen las prospecciones, y con el inminente cambio de gobierno municipal, han preferido reclamar la paralización definitiva».

Una de las vecinas más cercanas a la ermita indica que «cuando se pusieron a picar, mi casa retumbaba». Se han visto nuevas grietas en las paredes de los muros cercanos a la ermita por lo que creen que la profundización del pozo está afectando a las estructuras de sus viviendas y, si esto es así, el edificio religioso también debe estar sufriendo estas afecciones. En este sentido critican que «se está hipotecando el patrimonio histórico-artístico y arqueológico así como la economía del turismo con la construcción del pozo».

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