La Guardia Civil ha detenido en Villena a un joven de 21 años y nacionalidad española como presunto autor de un delito de contacto mediante tecnología con menores de 16 años con fines sexuales, un delito de corrupción de menores y otro contra la intimidad y la propia imagen.

Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción Número 3 de Villena se ha decretado su libertad provisional, aunque con la prohibición de aproximarse a las víctimas y a cualquier centro escolar o espacio lúdico juvenil. Además, según ha confirmado el TSJ-CV, el juez también le ha impuesto al investigado la prohibición de realizar cualquier actividad laboral o de voluntariado relacionada con menores.

A través de la colaboración ciudadana, el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Villena comenzó a investigar a un hombre quien, a través de las redes sociales y de aplicaciones de mensajería, embaucaba, presuntamente, a menores prepúberes -edad cercana a los 13 años- con el objeto de que le remitieran imágenes de índole sexual, a cambio de una cantidad que oscilaba entre los 200 y 500 euros.

Para conseguir la plena identificación de esta persona, destinataria del material pedófilo, y analizar su forma de actuar, los agentes hicieron uso de todas las tecnologías avanzadas de investigación de las que dispone la Guardia Civil para este tipo de delitos telemáticos.

Suplantación de identidad

De este modo, supieron que el investigado se valía de los perfiles públicos de chicas menores de edad en las redes sociales para después suplantar su identidad, hacerse pasar por una menor más y establecer un vínculo de confianza con sus posibles víctimas.

Pasado un tiempo aprovechaba esa confianza para pedirles material fotográfico y videográfico, en actitud sexual explícita y, en última instancia, concertar citas presenciales, para intentar mantener relaciones sexuales con ellas. Ninguna de estas citas se llegó a materializar, ya que la Guardia Civil procedió a su detención mucho antes de que el autor consiguiera que se produjeran.

En la entrada y registro de su domicilio se le intervino un smartphone, cuyo análisis ha permitido identificar, hasta el momento, a diez víctimas diferentes, residentes en las provincias de Alicante, Valencia y Sevilla, aunque no se descarta la aparición de más menores afectados.