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Elda

La FP como foco de atracción

La dirección del Valle de Elda entabla conversaciones con los municipios cercanos para crear una red de transporte que dé soporte a los usuarios del hospital y a sus alumnos

Un grupo de alumnos del CIPFP Valle de Elda. Axel Álvarez

La ciudad de Elda asistió con escepticismo a la llegada del centro integrado de Formación Profesional. Y lo hizo porque se quedaba sin uno de sus institutos. Sorteando los obstáculos y las reticencias de los padres de los alumnos, el IES Valle de Elda se convirtió en un CIPFP.

El edificio es ahora un centro específico donde solo se ofrecen los grados de los ciclos formativos. Una educación que cada vez es más apreciada por quienes quieren aprender un oficio sin necesidad de pasar por la universidad. Son los técnicos del futuro en diversos y diferentes ámbitos.

Con dos años de vida desde que se reconvirtió de IES en CIPFP, el centro integrado es foco de atracción de centenares del jóvenes que llegan de poblaciones vecinas dispuestos a obtener un título de grado medio o superior o una FP Básica. Y es que el Valle de Elda tiene una amplia oferta con ciclos que no se ofrecen cerca como el de Bomberos o el de Cocina. Concretamente, el de Bomberos es el que más atracción está suscitando fuera de la localidad.

De hecho, de los 850 alumnos que cursan estudios en el centro integrado, solo 283 son de Elda y 196 son de Petrer. El resto llega de poblaciones de área de influencia como los 88 de Villena o los 50 de Novelda. También llama la atención que 20 de sus alumnos proceden de la capital de la provincia. Otros alumnos llegan de municipios valencianos como Enguera, Llanera de Ranes y Moixent. También los hay de Murcia e incluso algún madrileño.

La diversidad de su procedencia ha provocado que haya un incipiente motor económico en el alquiler de pisos. Son pocos los que pernoctan en Elda durante la semana pero la fórmula de pisos compartidos para estudiantes ya comienza a funcionar en Elda.

En este sentido, Daniel Joivani Lillo, del ciclo de Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil y vecino de Cox, cuenta que «al principio, los propietarios eran reacios a alquiler pisos a estudiantes para compartir» a lo que añade que «en zonas universitarias es más fácil encontrar uno». Al final alquiló uno junto a otros compañeros en Las 300 y a buen precio.

Por otra parte, Andi Gabriel Coada, que cursa el mismo ciclo y proviene de Sagunto, ha alquilado una habitación a una vecina de Elda que ha visto negocio en arrendar parte de su casa a los estudiantes. Comparte espacios con dos personas más.

Añoran ese ambiente que otros estudiantes, sobre todo universitarios, tienen en otras poblaciones. Lillo explica que «la mayoría de los alumnos son de municipios cercanos y todavía somos pocos los que decidimos vivir en Elda». La falta de más alumnos que residan en Elda ha hecho que, inicialmente, Coada se viese algo solo en una nueva población, sin su familia y con nuevos compañeros. Así que para integrarse se apuntó a un gimnasio y a un club de boxeo. Y aunque en su horizonte no se encuentre vivir en Elda, ya comienza a sentirse cómodo.

Transporte

Al margen de la vivienda, gran parte de los alumnos que acuden al Valle de Elda tienen un gran problema el transporte. Para salvar la situación, los de Villena optaron por alquilar un autobús que cada día les lleva a clase. Por él pagan 50 euros al mes.

Por su parte, alumnos del ciclo de Técnico Superior de Guía, Información y Asistencia Turística han decidido utilizar su propio transporte. El villenero Ángel Maciá explica que «al principio faltó una profesora y era difícil compaginar el horario con el del autobús» y por ello decidió ir y venir en su coche. A él se sumaron otros compañeros como Abdón Martínez con los que comparte los gastos del vehículo.

Sin embargo, otros alumnos de Pinoso, Sax o Aspe lo tienen más difícil. Sin líneas de transporte público, dependen de sus padres para acudir a su centro de estudios.

Por otra parte, y cuando el curso estaba avanzado, llego la ampliación de los horarios de ferrocarril. El centro integrado está a unos metros de la estación y se abrió la posibilidad de llegar al Valle en menos de quince minutos. Sin embargo, las frecuencias de los trenes todavía son pocos y no se adaptan de forma adecuada a los horarios de los alumnos.

Es el caso de algunas alumnas que provienen de Villena, para las que el ferrocarril es una manera de llegar antes a casa. Una de ellas, Wanda Martínez, explica que «nosotras venimos en autobús y luego para no llegar a casa a las cuatro, volvemos en tren» aunque «tenemos que pedir una autorización para que nos dejen salir diez minutos antes de clase».

En este sentido, Abdón Martínez indica que «yo utilizo el tren cuando Ángel no puede venir y he tenido que perder alguna clase». Añade que «sería interesante que se ampliaran las frecuencias del ferrocarril».

Elisabeth Navarro reivindica que los trenes deberían ser más baratos y aceptar su tarjeta de estudiante. Asimismo Lucía Palero, Andrea Palao y Lizeth Navás relatan la odisea de llegar al Valle de Elda y aseguran que «ahora estamos pagando el autobús y el tren para tener un sistema de transporte fluido». En este sentido, el centro está haciendo de mediador con RENFE para que sus alumnos consigan precios más baratos, aunque todavía no lo han conseguido.

Por otra parte, el director del CIPFP del Valle de Elda, Cristóbal Melgarejo, señala que «nosotros estamos hablando con los ayuntamientos de la zona para establecer rutas de transporte que al mismo tiempo que enlazarán al municipio con el hospital también puedan ser usados por los alumnos para llegar al centro». «Nos interesaría que hubiese un servicio comarcal de transporte», añade.

Relación con Elda

La relación y lazos de unión entre los alumnos de distintas poblaciones se hace cada vez más fuerte. De hecho, muchos de sus compañeros de Elda ya les han invitado a sus cuartelillos para Moros y Cristianos. Lillo dice que «este año me voy a quedar el jueves para ver si todo lo que me han contado de los Moros y Cristianos de Elda es verdad».

Por su parte, Melgarejo comenta que «las actividades que realizamos no sólo se circunscriben al aula, son muchas las que hacemos en las que pisamos tanto Elda como Petrer».

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