El grupo de trabajo «Pozos de Nieve» del Foro Cultural de Villena «El Salicornio» ha transmitido recientemente su preocupación e interés sobre los neveros de Villena a las autoridades municipales. Estos fueron construidos en su mayoría con la técnica constructiva de la piedra seca, que la UNESCO ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad. También las leyes del Patrimonio Cultural Valenciano contemplan estas construcciones como bien patrimonial y se reconocen legalmente como Bienes Inmuebles de Relevancia Local.

En el término municipal de Villena se han podido ubicar seis neveros, de los cuales tan solo se han conservado restos materiales de tres. «En Villena, se constata su uso desde finales del siglo XVI según documentos de archivo, cuya antigüedad no hace sino remarcar el valor de estas construcciones», se indica desde El Salicornio.

Además de la conservación del patromonio local, desde el foro cultural se indica que «hay otras cuestiones de gran importancia que nos han llevado a redactar esta petición y es la seguridad». En el caso de los neveros, la peligrosidad es alta, son grandes cavidades excavadas en el subsuelo, cuyos restos constructivos son susceptibles de derrumbarse por la erosión, ubicadas en zonas aisladas y sin visibilidad; problemática que supone un arma de doble filo pues propicia el tropiezo y dificulta el rescate. «Son, por tanto, una trampa para senderistas y excursionistas, cada vez más interesados en conocer esta parte del patrimonio de nuestra población» explican. En este sentido, el grupo ha propuesto, por tanto, algunas iniciativas acordes al valor de este patrimonio, tan importante para la historia de Villena.

Los neveros fueron esenciales para la conservación de alimentos y como objeto de intercambios con otras poblaciones sin acceso a este recurso natural. Desde el interior montañoso del Reino de Valencia se enviaban toneladas de hielo anuales a Alicante o Valencia, donde se empleaba para aliviar el calor veraniego de la burguesía, como método para bajar la fiebre o antiinflamatorio. Son construcciones intencionales, esencialmente pozos excavados en el subsuelo o sobre la roca de la montaña, cubiertos o no. Su función esencial era acumular nieve, producir hielo y almacenarlo durante todo el año. Para ello era necesario erigirlos en puntos extremos de la orografía montañosa donde las temperaturas y la climatología propiciaran la acumulación de nieve necesaria y su almacenaje durante largas temporadas. Por tanto, los neveros se ubicaban en lugares de difícil acceso, en umbrías y en ocasiones, distanciados de las poblaciones.

El transporte del hielo era, por tanto, costoso y se debía de hacer por la noche para evitar la fusión del hielo. Esta lejanía dificultaba su construcción, pues el transporte de materiales y el acceso de la mano de obra al lugar, requería de un esfuerzo. Si a ello le sumamos que en muchos casos estas construcciones son construidas con la técnica de la piedra seca, tenemos un valor añadido que hace de los neveros un bien patrimonial aún más preciado.