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Julia Fernández: «El estrés ha hecho aumentar el número de enfermos mentales»

La presidenta de AFEM recuerda que llevan más de una década reclamando un Centro de Rehabilitación e Inserción Social

La presidenta de AFEM, Julia Fernández.

La Asociación de Enfermos Mentales (AFEM) se encuentra en una precaria situación económica ante la falta de ayudas por parte de la conselleria de Bienestar Social. En una sociedad con prisas y repleta de presiones, estrés y ansiedad, este colectivo es cada vez más abundante aunque sigue padeciendo la incomprensión de quienes no las sufren.

P ¿El CRIS es el mayor quebradero de cabeza de la asociación?

R El Centro Rehabilitación e Inserción (CRIS) de Enfermos Mentales es la cuestión más urgente y más necesaria para la asociación. Para conseguirlo, necesitamos construir unos vestuarios y duchas porque así lo marca la ley. Poco a poco hemos solventado los pequeños problemas que existían, pero este proyecto es mucho más ambicioso.

P ¿En qué punto se encuentra el proyecto?

R Un arquitecto, de forma voluntaria, ha redactado el proyecto pero necesitamos recursos económicos que no tenemos. Tenemos los planos y ahora sólo falta que los vise la conselleria.

P La asociación ya cuenta con unas instalaciones donde realizar talleres y cursos ¿Qué diferencia hay a la hora ser un CRIS o no serlo?

R Intentamos funcionar lo más acorde posible con las directrices que se establecen a la hora ser un CRIS. Si obtenemos la catalogación, el centro estaría homologado y controlado por la administración pública y, por lo tanto, tendríamos recursos económicos.

P ¿Es lo que más le preocupa a la asociación?

R Es la cuestión que más no preocupa, pero no la única. El pasado año nos quedamos sin ayudas por parte de la conselleria de Bienestar Social. Pedimos ayudas a diversas administraciones públicas para solventar una situación financiera compleja porque tenemos que pagar a los trabajadores.

P¿Cuántos usuarios acuden cada día al CRIS?

R La asistencia de los usuarios con este tipo de enfermedades a los talleres fluctúa mucho. Un día vienen 50 y otro 13. Es un colectivo que se caracteriza por la inseguridad, por las recaídas. Trabajamos continuamente con la puntualidad, con la adhesión la tratamiento, con el reconocimiento de la enfermedad. No quieren reconocer que están enfermos. Ellos no quieren estar aquí.

P ¿La enfermedad mental conserva el estigma social que siempre le ha acompañado?

R Si, aunque se ha adelantado en algunos aspectos. Se le está dando más visibilidad. Las políticas sociales que se están haciendo permiten una mayor integración social de estas personas. Sin embargo, y a pesar de estos avances, el estigma todavía permanece y va a ser muy difícil que desparezca.

P ¿Por qué va a ser tan difícil?

R Las enfermedades mentales son las grandes desconocidas. Y ante lo desconocido, las personas tenemos miedo. Por ejemplo, en casos de asesinatos se indica que son debidos a una enfermedad mental pero, en muchas de las ocasiones, no es así. Y todo esto hace daño.

P ¿Cómo se enfrentan las familias a la enfermedad mental?

R A las familias les cuesta mucho reconocer que sus hijos, sus padres o sus cónyuges están aquejados por una enfermedad mental. Al final tienen que dar un paso adelante porque son el puntal principal para el enfermo. Los enfermos pueden tener una vida normalizada, pero precisan de una intervención social.

P ¿Ha aumentado el número de personas afectadas?

R Si, aunque no te puedo decir un porcentaje. El ritmo de vida que llevamos, con prisas, con estrés ... por ello surgen muchas de las enfermedades mentales.

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