La renovación integral de la Plaza América de Petrer acaba de comenzar y con ella han surgido las primeras discrepancias y debates de calle entre los vecinos de la localidad. Una división de opiniones motivada por la retirada de las seis palmeras y la tala de las dos falsas pimientas que se encontraban junto a la avenida de Madrid. Árboles con 30 años de vida que daban sombra a los mayores que frecuentaban el céntrico parque para disputar sus habituales partidas de petanca.
Desde el Ayuntamiento se ha justificado la necesidad de cortar los dos ejemplares porque, además de levantar la acera, estaban rompiendo la red del alcantarillado. Son los únicos árboles que van a ser cortados y sustituidos. Y respecto a las palmeras el concejal de Urbanismo, Fernando Portillo, ha explicado que serán retiradas a petición de los propios vecinos y comerciantes de la Plaza América porque generaban mucha suciedad y apenas mitigaban los efectos del sol. De ahí que el proyecto de remodelación contemple trasplantar las palmeras en una rotonda, a petición de la propia concejalía de Servicios Generales, y sustituirlas por otro tipo de arbolado que ofrezca más sombra.
Búsqueda de consenso
«El nuevo diseño de la plaza lo hicimos de forma consensuada con los residentes y comerciantes atendiendo sus peticiones para ofrecer un espacio verde accesible, adaptado y con todas las comodidades», ha añadido Portillo. Fue en noviembre de 2018 cuando tanto él como la alcaldesa Irene Navarro acudieron al barrio para presentar esta actuación de 297.000 euros financiados por la Diputación. La obra, que durará cuatro meses, debería haber comenzado a mediados de enero pero la tramitación sufrió retrasos en la Corporación provincial.
La Plaza América fue la primera desde su construcción a principios de los años 80 con Vicente Maestre como alcalde de Petrer. Necesitaba ser remozada y eso es algo que nadie cuestiona. Pero la tala de las falsas pimientas nada más iniciar los obreros la retirada del pavimento ha suscitado las primeras críticas. «Un árbol no es un adorno, es una necesidad, y en esa zona limítrofe con Elda lo es más, si cabe, por la contaminación que genera el tráfico y por la falta de más espacios urbanos verdes en las proximidades», indicó el ecologista y arboricultor Javier Martínez. «Las falsas pimientas se podrían haber trasplantado perfectamente en lugar de ser destruidas porque los árboles antiguos y de gran porte, como era el caso, hay que mantenerlos por muchos motivos», dijo refiriéndose a que combaten la contaminación, dan categoría a la ciudad y se invierte mucho dinero público en su cuidado a lo largo de los años. Una opinión que comparten otros naturalistas y vecinos.
Rosa de los vientos
La nueva plaza será más abierta, mantendrá la zona de petanca e incorporará otra más amplia de juegos infantiles y parterres. También se instalará un monolito presidido por una rosa de los vientos alegórica al nombre de la plaza y las calles adyacentes, como Colón y Hernán Cortés entre otras. Además, unas pérgolas con telas de nailon tensadas simularán las velas de un barco. Pero mientras duren las obras no faltarán ni miradas curiosas ni debates de calle.
