El investigador Fernando Tomás Maestre Gil ha sido distinguido en Pekín por la Academia China de Ciencias con la concesión del título «Distinguished Scientists». Este nuevo reconocimiento internacional que recibe el científico de Sax ha sido propuesto por los propios investigadores de la Academia en reconocimiento a su trayectoria científica. Un galardón que ha venido asociado con una estancia de dos semanas en el país asiático para impartir seminarios en varias ciudades.

En palabras del galardonado, «este premio nos permite estrechar lazos con grupos de investigación punteros en China y con acceso a recursos e instalaciones de las que nosotros carecemos en estos momentos, además de participar en proyectos conjuntos, fomentar el intercambio de investigadores y reforzar nuestra red global de colaboradores en el estudio de la ecología de las zonas áridas».

La Academia China de Ciencias es la mayor institución del país en materia de investigación y posee numerosos centros de conocimiento repartidos por varias ciudades. Desde hace años desarrolla este programa de captación de talento extranjero que se ve rubricado con el «Distinguished Scientists», el premio más prestigioso otorgado a investigadores de otros países dispuestos a colaborar con grupos científicos chinos y diseñar proyectos de investigación conjuntos.

Maestre Gil es catedrático de Universidad y profesor del Área de Biodiversidad y Conservación del Departamento de Biología y Geología, Física y Química Inorgánica de la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid, donde dirige el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global. De hecho, desde hace años, es uno de los referentes mundiales en este ámbito. En 2015 obtuvo el Premio de Investigación Humboldt, otorgado por la Fundación Alexander Von Humboldt, y en el pasado mes de diciembre entró en la prestigiosa lista «Highly Cited Reserarchers», en la que solo figuran los científicos cuyos trabajos son los más citados por otros colegas de todo el mundo. Además, su último artículo publicado en la revista Nature abre un nuevo concepto basado en la «investigación feliz» para alcanzar el éxito.

Lleva décadas estudiando el avance del desierto como uno de los principales problemas ambientales a los que se enfrenta el planeta. Para ello está recogiendo datos en más de 300 ecosistemas de los seis continentes al frente de 60 grupos de investigación de 20 países. Una valiosa información que procesará en los próximos años para comprender cómo los ecosistemas áridos responden al cambio climático y a los procesos de desertificación. Ése es el actual objetivo del joven catedrático.