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Elda

Cadáveres urbanos que cuentan historias de tiempos pasados en Elda

Cerca de una treinta de locales e inmuebles de propiedad pública y privada se encuentran cerrados y en desuso

La Casa de las Beltranas es uno de los edificios más bellos de la ciudad, ubicado en la calle Ortega y Gasset, está cerrado desde que falleció su propietaria. Áxel Álvarez

Las ciudades están repletas de cadáveres urbanos y, en este sentido, Elda no podía ser menos. En el caso de la capital del Medio Vinalopó, los edificios que antes contaron con una vida repleta y que llenaron de contenido las vías en las que habitan y hoy mantienen sus puertas cerradas, son abundantes. De carácter público o privado, estos inmuebles cuentan historias de tiempos pasados. Algunos pertenecen al imaginario colectivo de la ciudad y de vez en cuando, diferentes colectivos abogan por su recuperación como es el caso de la Casa de la Juventud o la plaza de toros mientras otros dormitan alojados en el olvido de los vecinos mientras su ruina es palpable como la vieja estación Monóvar-Pinoso.

Algunos de los inmuebles todavía huelen a negocios abandonados, a tiendas que cerraron y dejaron sus rótulos colgados. Varios de los edificios todavía conservan el nombre de las familias que los habitaron o de las empresas que allí se alojaron. Son los vestigios de los tiempos gloriosos de casco histórico de la ciudad.

Uno de ellos es la Casa de las Beltranas y se erige en la calle Ortega y Gasset, en el barrio de la Prosperidad, y es de titularidad privada. Fue construida entre 1864 y 1865 por Pedro Juan y Amat y pertenece al patrimonio arquitectónico civil de Elda dentro del apartado Edificios Residenciales. Hasta hace poco albergaba en sus bajos la conocida Farmacia de Vicente Marí Mellado. La casa permanece cerrada desde que falleció su propietaria, Raquel Botella Beltrán, a los 105 años de edad, hace unos dos años.

Metros más abajo, en la intersección de las calles Colón y Nueva, se encuentra la Casa de Pepe Barata, un inmueble en venta, que es una joya modernista, catalogado como Bien de Relevancia local. Fue construido en los años 20 del pasado siglo. Ciertos colectivos han alzado la voz para que la adquiera el Ayuntamiento.

A unos pasos, se puede ver el dañado rótulo de la Imprenta Vidal. Atrás quedaron los años en que sus estanterías estaban repletas de revistas y de libros. Ahora vuelve a la vida de la mano del grupo «La Tertulia», que la ha adquirido como sede. La fachada de muestra molduras corridas y pequeño remate. El edificio mantiene un claro influjo academicista. Su planta baja fue ocupada por la Librería-Papelería Vidal, activa desde 1893 hasta su cierre el 31 de diciembre de 2008.

Más modernos y con escasa importancia patrimonial, los edificios que albergaban salas de cine de Elda son espacios que han caído en desuso. Sólo hace falta pasear por la Plaza Mayor para encontrar a un grupo de vecinos que se preguntan: «¿Qué pasa con los cines Plaza?». Siguen cerrados, esperando que se les dé alguna solución, desde que en 2002 blindaron sus taquillas. Su futuro continúa en el aire.

El cartel del cine Rex se mantiene impecable en la calle Cervantes. Sólo el rotulo y un pequeño resto de cartelera dan la medida, que tras la deteriorada fachada cubierta de grafitis en su parte baja, se encontraba una de las salas de proyecciones eldenses.

De titularidad pública

Cerca de una treintena de edificios y locales de titularidad pública están cerrados a cal y canto esperando una reforma o que se les dote de actividad. Uno de los más emblemáticos es la plaza de toros. Cada día más vieja y más dañada, vio como el concurso de ideas quedo en eso, en múltiples diseños que no se han llevado adelante. A los arquitectos, el coso les inspiró como punto de partida para transformar la ciudad. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, su fachada y sus gradas son pasto de la humedad y su deterioro es cada vez más evidente.

El antiguo cuartel de la Guardia Civil es otro de los quebraderos de cabeza de la institución pública. Este Bien de Relevancia Local está situado en el sector centro-oeste del núcleo urbano de Elda, en un espacio desarrollado a partir del primer tercio del siglo XX. En la actualidad, se utiliza una de las estancias para la sección de Intervención de Armas de la Benemérita. La propiedad se encuentra entre dos aguas. Existe un acuerdo para que la Guardia Civil lo revierta a la ciudad, aunque el convenio no se ha llevado a término.

La estación Monóvar-Pinoso, también catalogada como Bien de Relevancia Local, se encuentra mucho más cerca del municipio vecino pero en término municipal de Elda. Llena de grafitis y en un avanzado estado de deterioro, es una de las grandes olvidadas, no sólo por la administración sino también por los eldenses. En torno a ella se generó un barrio con servicios mínimos, incluida una escuela. Las inactivas y abandonadas instalaciones se inauguraron en 1858.

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