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Sax

El okupa del teatro de Santa Eulalia pide poder vivir allí dos años pero el Ayuntamiento inicia el desalojo

Hoy se cumple el plazo ordenado por el alcalde para que el activista abandone el histórico edificio - José Prival pide más tiempo para lograr apoyos que le permitan acometer la restauración de este BIC

El activista José Prival en la zona exterior del Teatro Cervantes, tras ser precintada por los operarios municipales y una patrulla de la Policía Local. ÁXEL ÁLVAREZ

Dos años de moratoria antes de ser desalojado por las fuerzas del orden. Es el tiempo que el activista leonés ha solicitado permanecer en el teatro mientras sigue realizando gestiones para conseguir la recuperación del abandonado edificio de la Colonia de Santa Eulalia de Sax, que fue construido en 1919 y declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Generalitat Valenciana en febrero de 2016.

Como este diario ya avanzó el pasado viernes, José Prival tendrá que abandonar el lugar este martes, tras finalizar los cinco días dados de plazo, en cumplimiento del decreto emitido por el alcalde. Ha sido el socialista Juan José Herrero quien ha ordenado el desalojo urgente basándose en los informes del arquitecto municipal y del Seprona de la Guardia Civil. Ambos coinciden en señalar que «ante el estado de peligrosidad que presenta el teatro, el morador del mismo deberá desalojarlo en evitación del riesgo para su persona y para quienes están accediendo a su interior por no reunir condiciones de seguridad constructiva».

Para evitarlo el activista leonés envío ayer un burofax a los propietarios de la Colonia de Santa Eulalia -los herederos del empresario alicantino Vicente Marco- y también al Ayuntamiento de Sax solicitando la autorización, legal y formal, que le permita seguir residiendo en el deteriorado teatro, durante un plazo máximo de dos años, con el fin de promover su reforma para evitar su destrucción.

«Actuaciones que se llevarán a cabo de una manera transparente y documentada -asegura el okupa- siempre siguiendo la legalidad vigente y preservando la seguridad de las personas que trabajen en la remodelación, así como de las que visitan el teatro».

Dice Prival que su único objetivo es que, «entre todos, podamos volver a disfrutar del teatro que algún día fue». Para ello pide una moratoria destinada a seguir realizando trámites con diversos equipos técnicos, entidades públicas, universidades y asociaciones sin ánimo de lucro, dispuestas a colaborar para poner en marcha una primera fase de recuperación de un inmueble que lleva décadas sumido en el absoluto abandono.

Sin embargo, durante la mañana de ayer, los operarios municipales de la brigada de Obras y una patrulla de la Policía Local procedieron a balizar el perímetro del teatro, utilizando precinto oficial para prohibir el acceso a su interior. Una medida que también llevaron a cabo en el cercano palacio del conde Antonio de Padúa y Saavedra, el aristócrata que a finales del siglo XIX mandó construir esta singular aldea inspirándose en las ideas del socialismo utópico asentadas en Cataluña.

Es el paso previo a la instalación de vallas de protección en todo el perímetro del teatro, el palacio, la bodega y la alcoholera, que son los edificios que peor estado presentan. Una actuación valorada en 2.900 euros que el Ayuntamiento acometerá, con cargo a los propietarios, una vez que la Conselleria lo autorice.

Pero el activista, que lleva un mes viviendo en el teatro junto a sus dos perros, también ha cuestionado la orden de desalojo argumentando que se basa en un informe del arquitecto municipal realizado a simple vista y desde el exterior. «En cambio nosotros sí disponemos del informe de un arquitecto que ha entrado y dice que estructuralmente el edificio está estable», puntualiza.

La lucha de Prival está removiendo conciencias y generando una avalancha de apoyo ciudadano a través de las redes sociales. Asegura que no va a ofrecer resistencia si los agentes le obligan a marcharse del teatro. Pero no piensa abandonar la causa. «Si me echan montaré una carpa en la Colonia para continuar adelante con el proyecto», volvió a comentar ayer señalando que está a la espera de la respuesta de la UNESCO. Mientras tanto sigue limpiando el recinto y custodiándolo para evitar expolios o actos vandálicos. Además, ha plantado árboles y durante el pasado fin de semana colocó una pancarta de 8x4 metros, cubriendo los principales agujeros del tejado, con el lema «Salvar Teatro Cervantes» donde se representan algunos de los personajes ilustres plasmados al fresco en las paredes de los palcos.

Situación legal

El ponferradino de 40 años también ha estudiado la situación jurídica en la que se halla la pedanía. «El Decreto 18/2016, de 19 de febrero, del Consell, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Espacio Etnológico, la Colonia de Santa Eulalia, establece en su artículo 10 que los inmuebles no podrán ser demolidos, ni transformados ni podrán aumentar su volumen edificado, restaurándose su carácter originario. Para ello, preservarán y restaurarán las carpinterías, pavimentos, zócalos, pinturas murales, decoraciones y rejerías». Precisamente lo que él quiere hacer y para lo que, según el artículo 3, no es necesario permiso de la Conselleria porque «mediante un informe técnico municipal motivado se podrá derivar la no necesidad de autorización previa en las actuaciones que se sitúen fuera del presente marco normativo por su falta de trascendencia patrimonial, como sería el caso de las obras e instalaciones dirigidas a la mera conservación, reparación y decoración interior de los edificios». En estos casos, según mantiene el activista, sería suficiente con que el Consistorio comunicase a la Conselleria, en el plazo de diez días, la concesión de licencia municipal adjuntando el informe técnico, un plano de ubicación y el apoyo fotográfico que permita constatar la situación de partida y la falta de trascendencia patrimonial de lo pretendido. «Es decir el asunto está en manos del Ayuntamiento de Sax», subraya.

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