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La fábrica de empresarios de Elda

El «coworking» da cobertura a diferentes perfiles de trabajadores por cuenta ajena o propia como el autoempleado, el «freelancer» y el emprendedor. Emudesa ha encontrado algunas dificultades en el último año para llenar todos los puestos de trabajo

Más de 50 «coworkers» han pasado por la oficina existente en Elda. Áxel Álvarez

El «coworking» de Elda es un emplazamiento laboral atípico. Mientras que en otras oficinas compartidas, el perfil de quienes ocupan sus mesas y sillas es más tecnológico, el semillero de empresas municipal recoge una amalgama muy diversa de sectores. Allí han comenzado su andadura profesional: asesores laborales, coachs, traductores jurado, analistas de datos, empresas de comercio electrónico, de software informático, de construcción, de ocio y turismo, de diseño, de arquitectos técnicos, aparejadores, ingenieros, consultores de propiedad industrial, de diseño, de marketing digital y asesores financieros y de eficiencia energética. En total, se han asentado 50 «cowokers» a lo largo de su historia.

En este momento, seis de los puestos están vacíos. Algunos autónomos volaron la ciudad cuando su cartera de clientes se consolidó, otros han encontrado un puesto de trabajo en empresas. Sin embargo, Aixa Barbellido y Juan Antonio Delicado siguen en él, y no tienen la intención de mudarse. Para ellos el sistema de «coworking» es la mejor fórmula de alquiler de un espacio. Con bajo coste, horario flexible, no se tienen que preocupar de la limpieza, de la electricidad, de abrir y cerrar la puerta. «Mi única preocupación es llegar y ponerme a trabajar», apunta Delicado.

El fenómeno del «coworking» en Elda está por encima de otras ciudades pero lejos del boom que ha significado en las capitales. A pesar de los altibajos, no es una moda pasajera. Es una tendencia consolidada en la estructura moderna de trabajo. El presidente comarcal de Jovempa, Diego Tomás, explica que «es algo más que mesas y sillas» y añade que «el valor de la formula está en las personas y en entender qué necesita cada una y en el acompañamiento continuo». «Es un punto de encuentro donde pasan cosas» zanja. Allí se desvanece la idea del empleo de nueve a cinco, el concepto de jornada laboral de 40 horas. Y este tipo de espacio ofrece versatilidad para empresas que sólo necesitan un ordenador y wi-fi. Trabajan de forma remota.

Va más allá de un puesto de trabajo, en el «coworking» se establece un sentido de comunidad. No pertenecen a la misma empresa, ni siquiera al mismo sector pero son compañeros y su vínculo transciende del espacio laboral, más allá de las cuatro paredes del vivero empresarial. Además se convierten en clientes y proveedores los unos de los otros. Conviven autónomos, emprendedores y pequeñas pymes y ahora, freelancers de grandes empresas.

Son más que compañeros, son colegas y, según relata el emprendedor Javier Pérez, «el espacio abierto hace que nos relacionemos y nos vayamos juntos a tomar algo al finalizar la jornada».

Hace cuatro años y medio nació el «coworking» municipal de Elda, de la mano de Emudesa y de Idelsa. Nació como una incubadora de emprendedores, sin embargo el perfil de sus usuarios que ha cambio. Así lo indica el director de Emudesa, Javier Rivera. Por otra parte, Delicado, que está en él desde el inicio, subraya que «se mantiene el perfil del emprendedor pero se ha incorporado gente que trabaja para empresas y le interesa tener una oficina». Rivera reconoce que desde un año hasta ahora les está costando llegar al cien por cien de ocupación. Además de mesas y sillas el «coworking» de Elda ofrece formación y una cartera de contactos.

Aixa Barbellido: «El concepto de competencia ha cambiado, trabajamos en sinergias »

Marketing digital, copy y redes sociales

Aixa Barbellido y Juan Antonio Delicado se encontraron en el «coworking» y en lugar de competir decidieron cooperar y ahora son compañeros. Son el perfil de los emprendedores que habitan en un «coworking».

¿Qué tal se lleva trabajar con la competencias?

El concepto de competencia ha cambiado. Deli y yo podríamos ser competencia y al final hemos decidido ser compañeros. Ahora trabajamos en sinergia. No es competencia sino más oportunidades de negocio.

Javier Pérez Monzó: «La inversión inicial es muy pequeña y el riesgo se minimiza»

Médico financiero

Lleva poco tiempo en el «coworking» Elda. Pérez comenta que «nosotros somos médicos financieros, somos emprendedores con el respaldo de una multinacional».

¿Por qué elegiste el coworking?

Mi proyecto es que vayamos creciendo en equipo y aquí tenemos un espacio grande para crecer y para trabajar y también para dar formación así como para atender a los clientes. Se lo recomendaríamos a otros, porque la inversión es muy pequeña y el riesgo se minimiza.

Juan José Pérez: «Iniciamos la empresa sin clientes y el 'coworking' nos facilitó el arranque»

Socio de una asesoría o gestoría fiscal, contable y laboral

Trabajó en Correos, en el calzado y el mármol. Cuando llegó la crisis y cerró la fábrica, estudió en la Escuela de Relaciones Laborales.

¿Cómo iniciasteis vuestro negocio en Coworking?

Un compañero y yo comenzamos la aventura empresarial aquí. La iniciamos sin clientes y poco a poco conseguimos una cartera. Permanecimos aquí hasta mayo de 2017. Encontramos un entresuelo en el centro de Elda que estaba a buen precio y decidimos trasladarnos. Aquí estuvimos muy bien para empezar.

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