Febrero finaliza con 21.957 parados en el Alto y Medio Vinalopó, una cifra que supone un descenso de 41 personas. Pese a tratarse de un datos positivos, para UGT las elevadas cifras de temporalidad, la rotación laboral en el empleo temporal y el ascenso de la contratación parcial involuntaria perfilan un futuro mercado de trabajo de mínima calidad, poco cualificado, con bajas remuneraciones, precario y sin estabilidad.

Por municipios el paro ha aumentado en Elda con 52 personas más que en enero de 2019, situándose la tasa de desempleo en 5.616. Lo mismo ha ocurrido en Villena donde la tasa del paro ha subido en 20 personas hasta alcanzar los 3.089 desempleados. Sin embargo en Novelda el paro se ha reducido en 39 personas -la cifra global es de 2.396 parados- y en Petrer lo ha hecho en 38 personas situando la tasa en 3.892 desempleados. Datos que, según el responsable sindical Ismael Senent, siguen demostrando que el paro es muy estacional en el Alto y Medio Vinalopó.

13.527 mujeres y 8.430 hombres

El desempleo ha bajado tanto en los hombres, con 12 parados menos, como en las mujeres con 29 desempleadas menos. El número de mujeres registradas como desempleadas es de 13.527 sigue siendo muy superior al de los hombres 8.430. Para UGT, la inestabilidad laboral sigue castigando más a las mujeres que a los hombres. Otra realidad es que las mujeres acceden al mercado laboral en peores condiciones que los hombres, promocionan menos a puestos de responsabilidad, reciben salarios más bajos y, además, siguen asumiendo casi en solitario las responsabilidades familiares.

Inestabilidad y fragilidad

UGT considera necesario poner en marcha una política económica que apueste por los factores que permiten a una economía crecer a medio y largo plazo, en innovación, formación y conocimiento, logrando aumentos de productividad y competitividad, y que generen empleos de calidad, salvando la estacionalidad, a la vez que reducen las desigualdades y la pobreza.

El fuerte carácter estacional que muestra la evolución del empleo, con crecimientos en las actividades y trimestres de mayor empuje, junto a la débil recuperación del sector industrial, advierten de la inestabilidad y fragilidad que posee la actual senda de consolidación del empleo.