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Elda

El socialista Eduardo Vicente deja la política activa tras 25 años para «vivir otra vida»

Admite estar saturado tras un cuarto de siglo como concejal y diputado - El alcalde Rubén Alfaro pierde al hombre más experimentado de su gobierno

El concejal socialista Eduardo Vicente en un pleno. ÁXEL ÁLVAREZ

El histórico dirigente socialista Eduardo Vicente Navarro abandona la política activa tras un cuarto de siglo desempeñando diferentes cargos orgánicos y públicos, tanto en el gobierno como en la oposición. La decisión la lleva meditando desde el ecuador del actual mandato y responde a una «necesidad vital» de oxigenar su vida tras 25 años dedicados por entero a la política. «Necesito cambiar de aires. Ya toca pensar en otras cosas, dedicarse a otros menesteres y vivir otra vida», dice con el semblante relajado admitiendo que «ni mi cuerpo ni mi mente pueden seguir soportando este nivel de estrés».

El «enfant terrible», como lo llamaban los diputados populares cuando fustigaba con sus intervenciones al entonces presidente Francisco Camps, se ha hecho mayor. Doce años en las Cortes Valencianas y otros tantos en el Ayuntamiento de Elda han acabado con el ímpetu y la ilusión que le llevó a ser concejal, con 19 años, de la mano del exalcalde Juan Pascual Azorín. Ahora que tiene 43 años no cree que vaya a descubrir nada nuevo y asegura, con satisfacción, haber colmado todas sus aspiraciones políticas. Seguirá siendo militante de base en el PSOE, un partido al que se afilió en 1993 y del que ha sido secretario general en el Alto y Medio Vinalopó y responsable de Juventudes Socialistas en la Comunidad Valenciana.

A tiempo completo

«En esto de la política el adverbio nunca no existe pero necesito pasar página sin mirar atrás porque esta actividad lo condiciona todo en la vida: la esfera personal, la familia, las aficiones. Nunca se puede desconectar del todo porque la dedicación es a tiempo completo de mañanas, tardes, noches y fiestas de guardar», explica sonriente reconociendo que el alcalde Rubén Alfaro se quedó sorprendido cuando le comunicó que no quería formar parte de la próxima candidatura socialista.

Una decisión en la que, junto a un desgaste personal que ya no podía disimular, también ha tenido mucho que ver su día a día al frente de las concejalías de Inversiones y Obras, Contratación y Participación Ciudadana. Sobre este particular señala con cierta frustración que «los ayuntamientos de este país sufren el secuestro legal y económico del Gobierno central desde la era de Rajoy. A los municipios nos han aplicado unos recortes en inversiones y unas restricciones de personal que nos están asfixiando para que el Estado pueda demostrar, ante Bruselas, que tiene las cuentas públicas saneadas y puede seguir gastando. Y eso repercute en el ciudadano de a pie que sufre la merma de los servicios públicos mientras en la Administración local estamos atados de pies y manos», critica.

Compromiso político

Será a partir de junio cuando Eduardo Vicente vuelva a ejercer de administrativo en la empresa en la que comenzó a trabajar, durante el anterior mandato, cuando era concejal en la oposición con la popular Adela Pedrosa de alcaldesa. Pasará a convertirse en un espectador más de una política que cada vez reconoce menos. Echa de menos los debates internos, los análisis profundos y la avalancha de ideas que había en todos los partidos. «Por cambiar -lamenta- ha cambiado hasta el nivel de compromiso. Antes no faltábamos a una reunión aunque estuviéramos enfermos. Y ahora la afinidad con una ideología se reduce a colgar una foto en Facebook».

Le gustaría que lo recordasen como una persona accesible que intentó llevar a la práctica su vocación de servicio público. Pero también deja adversarios políticos por su locuacidad viperina. Y lo sabe. «Me despido sin rencor hacia nadie. La experiencia me ha enseñado que es mejor el acuerdo que la confrontación y que con el paso del tiempo los conflictos se relativizan. En cualquier caso -puntualiza- antes de que finalice esta legislatura haré lo que llevo haciendo desde que fui concejal por primera vez. Pediré perdón por todos mis errores, y a todas aquellas personas a las que mis palabras hayan podido ofender o molestar en el fragor de la batalla dialéctica. Es una costumbre bastante sana y cuando pido disculpas lo hago sintiéndolo de verdad», subraya.

Eduardo Vicente, el hombre más experimentado del gobierno de Rubén Alfaro, ya no formará parte de la lista electoral que el Partido Socialista de Elda hará pública esta noche. A partir de junio tendrá tiempo de estudiar música, que es su vocación frustrada; disfrutar de su hija de cuatro años, que es su gran pasión; y pasear como un eldense más por los barrios de Las 300 y la Casa de la Juventud, donde siendo un niño comenzó a soñar con que algún día sería político.

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