Tras las flechas amarillas. La Asociación del Camino de Santiago de Villena se ha puesto manos a la obra para remarcar las señalizaciones de la ruta Jacobea del denominado Camino del Sureste. Las marcas son unos de los símbolos más relevantes de la peregrinación. No importa de dónde sea el peregrino, esta señal es internacional y la gran aliada de los caminantes.
Así, los voluntarios de la agrupación de Villena han aceptado la tarea de orientar los tramos que corresponden a su área de influencia. El Consejo Jacobeo establece que la flecha amarilla debería estar presente en todos las rutas y en todos los territorios. La señalización debe ser obligatoria en cada cruce y aconsejable cada dos kilómetros.Más de 80 kilómetros de indicaciones serán los que dibujen los de Villena, cargados de botes de pintura y brochas.
La primera etapa, que han remarcado, corresponde al itinerario que lleva desde Benidorm hasta Villena, concretamente el tramo que transita entre Onil y Biar. Diez kilómetros en los que «hemos pintado flechas amarillas y, en los cruces la simbología de la viera y la flecha sobre fondo azul, son signos que evitan que los peregrinos se pierdan» indica el presidente del colectivo de Villena, Antonio Pardo.
Los voluntarios de la asociación son conscientes de que el ramal del sureste que nace en la capital del turismo alicantino no es de los más transitados. Sin embargo, ha sido uno de sus primeros trabajos por el deterioro que sufren en las flechas en estos términos municipales.
La de Onil a Biar no será la única etapa que señalizarán. En unas semanas comenzarán con el tramo que lleva desde Biar hasta Villena así como el que transita entre Sax y la ciudad del Príncipe don Juan Manuel. Los que parten desde Villena y llevan hasta Almansa, hasta Caudete, hasta Yecla o Benejama también se encuentran en la programación la actividad de la asociación Jacobea.
Camino del Sureste
El Camino del Sureste se rescató a instancias de la Asociación de Amigos de Santiago que lleva su nombre y que tiene sede en Alicante. Cerca de un medio millar de peregrinos pasaron en 2018 por la ruta que nace en Alicante.
Se creó en 1993, pero fue en el 1995 cuando «ya empezamos a estudiar la posible ruta que usarían en la Edad Media los peregrinos alicantinos, una vez que la zona fue reconquistada a los árabes» cuenta su presidente Federico Ramírez. Se tardó cinco años en documentar la ruta y se inició el trabajo de recuperación del camino desde Alicante valiéndose de una ruta de Alicante a Santiago, escrita por el correo real Pero Juan Villuga, en un libro editado en el año 1546 y titulado «Repertorio de todos los Caminos de España. En Villena se unen los dos ramales del camino del Sureste, el que parte de Alicante y transita por el Vinalopó y el que nace de Benidorm y se discurre Finestrat, Orxeta, Relleu, La Torre de les Maçanes, Ibi, Onil y Biar. Desde la capital del Alto Vinalopó los peregrinos pueden optar por adentrarse por tierras murcianas a través de Yecla o de Albacete por el del Levante. Las rutas llegan a Benavente, donde se unen el del Sureste y el de la Plata y que les llevará a Astorga para engarzar con uno de los más conocidos, el Francés.
Huellas amarillas que marcan la ruta hacia el Santo
La flecha amarilla es un símbolo reciente. Los peregrinos que desde la Edad Media llegaban a Santiago tras recorrer cientos de kilómetros lo hacían siguiendo los pasos de otros caminantes. En la década de los 70, el párroco de O Cebreiro, aldea de gran tradición jacobea, creó este símbolo. El sacerdote, Elías Valiña recuperó algunos tramos que se habían perdido y los señalizó para que al peregrino le resultase más fácil seguir un itinerario fijo. Así nacieron las flechas amarillas.
