P ¿Por qué la Medicina Preventiva busca hacer un «traje a medida» al viajero?
R Porque el tratamiento a aplicar es muy personal y depende de muchos factores. A veces vienen grupos de familias, amigos o parejas y se extrañan mucho porque las recomendaciones y los tratamientos son diferentes a pesar de que van al mismo lugar.
P ¿A qué factores se refiere?
R El país, el alojamiento, la edad y las patologías de cada persona, las actividades que se van a realizar, el clima e incluso el tipo de turismo que se va a realizar. No es lo mismo ir a un hotel que ir de mochilero, por ejemplo.
P ¿Cuál es la zona más peligrosa en estos momentos?
R Ahora mismo la zona subsahariana es la más peligrosa por la fiebre amarilla, que es una enfermedad muy grave y que, en el peor de los casos, puede hasta acarrear la muerte.
P ¿Y en qué puede influir la ropa y el calzado?
R Muy sencillo. En zonas donde proliferan los mosquitos que pueden propagar enfermedades debemos prevenir las picaduras. En esos casos aconsejamos llevar ropa que cubra los tobillos, impregnada con repelente de mosquitos y de color blanca porque los colores atraen a los insectos. Estos consejos así como los riesgos que supone visitar zonas exóticas también deberían ser informados por las agencias de viaje.
P ¿La protección total existe?
R No porque hay enfermedades endémicas que no tienen vacuna.
P ¿Cuáles son las más graves?
R La malaria, la fiebre amarilla y la encefalitis japonesa que también es trasmitida por un mosquito. Pero hay patologías menos graves, como una diarrea, que puede arruinar un viaje a cualquiera y obligarle a pasarse varios días en el hotel sin poder salir. De ahí la importancia de acudir a la Consulta de Medicina del Viajero.
P Pero aquí hay que venir con tiempo, ¿verdad?
R Cierto. Aquí no atendemos a enfermos sino a personas sanas y tenemos que valorarlo todo. Por eso las consultas duran más de una hora por término medio.
P ¿Los médicos preventivistas pueden llegar a desaconsejar hacer un viaje a alguien?
R Sí. A veces recomendamos a determinadas personas que cambien de destino turístico atendiendo a su historial clínico y a su estado de salud. Con las embarazadas es más frecuente porque hay determinadas inmunizaciones que no se les pueden aplicar y, entonces, acuden desprotegidas a países con cierto riesgo.
