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Elda

David Crespo Jiménez: «En el Polo Sur todos los días son lunes para los científicos»

El geólogo eldense acaba de regresar a España tras permanecer mes y medio en el Polo Sur

El investigador eldense ha acudido a la Antártida con la Universidad de Granada para realizar un seguimiento de la actividad sísmica del volcán donde se encuentra la base española.

El investigador de Elda llegó a la base Gabriel de Castilla en Nochebuena, formando parte de un contingente científico tutelado por trece militares del Ejército Español e integrado por una decena de investigadores de diversas universidades del país, al que posteriormente se sumaron otros once estudiosos procedentes de Chile, Gran Bretaña y Noruega.

David Crespo partió a la Antártida en diciembre. Primero en un vuelo de trece horas con destino a Santiago de Chile y, a continuación, otras cuatro horas de avión para llegar a Punta Arenas, desde cuyo puerto partió en el Sarmiento de Gamboa, un buque de Investigación Oceanográfica que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Tras diez días de travesía, entre temporales y olas de cinco metros, arribó la expedición a la isla volcánica donde se encuentra la base española. Un enclave militar puesto al servicio de la ciencia que solo puede ser habitado cuando es verano en el Polo Sur. Concretamente del 21 de diciembre al 21 de marzo. En invierno las condiciones climatológicas son incompatibles con la vida, además de que el agua se congela y acceder a la base se convierte en una misión suicida. A pesar de que en este verano austral se están registrando temperaturas suaves de entre -1 y -5 grados, la sensación térmica ha llegado a superar algunos días los -13 grados con ventiscas de 100 kilómetros por hora. Pero uno de los aspectos que más le ha llamado la atención al científico de Elda ha sido la ausencia de noches. «Los primeros días que llegamos no se hacía nunca de noche. Vivíamos en una puesta de sol continua. Pero a finales de enero, antes de regresar, comenzamos a tener las primeras noches aunque solo duraban una o dos horas». Por eso los barracones donde duermen están forrados con chapa para que la luz no entre y altere su reloj biológico. En cualquier caso dice David Crespo que «allí todos los días son lunes para los científicos, y solo sabíamos que había llegado el domingo porque los militares nos hacían chocolate con churros para desayunar».

Conscientes de las limitaciones del tiempo, los investigadores aprovechan al máximo su estancia con jornadas de trabajo maratonianas. Más de diez horas al día y sin descansar ninguno. «Es la única manera de recabar la máxima información para luego procesarla al regresar a España», comentaba ayer señalando que el tiempo de ocio es muy limitado. Solo al terminar de cenar quedaban algún día en el salón para ver películas o retarse al futbolín. «El resto del tiempo o estábamos recabando datos en el exterior o analizándolos en el módulo científico. Pero eso sí -confiesa- todos los días me acordaba de mi familia y más en unas fechas tan especiales como son las Navidades».

El mundo es un pañuelo y David se ha encontrado a 12.462 kilómetros de Elda con un paisano. Resulta que el cocinero de la base, el cabo especialista Morante, también es de Elda «y eso de ser de la misma ciudad une mucho en el Polo Sur», comenta sonriendo tras reconocer que la amistad surgida también se ha visto recompensada con alguna que otra chocolatina. Tampoco podía imaginarse que conocería en la Antártida al ministro de Ciencia y compartiría un día entero con él. Pedro Duque acudió a la base en el Buque Hespérides, junto al jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, el general Francisco Javier Varela Salas, para interesarse por el trabajo de los diferentes grupos. «Fue muy cercano. Comió y durmió en el módulo de vida de la base con todos nosotros y, tras escuchar con atención nuestras investigaciones científicas sobre fauna, flora, componentes atmosféricos, sismología y permafrost, nos explicó cómo fue su experiencia de astronauta en el espacio».

El geólogo de Elda llegó anoche a Churriana de la Vega, el municipio granadino donde reside desde octubre de 2017. Estudió en el colegio Carmelitas de Elda y realizó el bachillerato en el instituto Azorín de Petrer antes de licenciarse en Geología por la Universidad de Alicante. Para cursar el master de Geofísica se matriculó en la Universidad de Granada, donde actualmente está realizando el doctorado de estructura interna terrestre que le ha permitido formar parte de la expedición antártica en el volcán durmiente. «Esta experiencia ha sido extraordinariamente enriquecedora en el plano científico y personal» subraya agradeciendo el apoyo logístico que los militares españoles realizan en el continente helado en favor de la ciencia. De hecho, es la operación en activo más antigua de las Fuerzas Armadas.

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