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Elda

La primera oportunidad laboral para 88 jóvenes universitarios

Elda contrata a graduados desempleados para proporcionarles experiencia práctica que les facilite un trabajo en el sector privado - La mitad de los participantes del anterior programa lograron un empleo

Tres de las jóvenes «emcujus» que han conseguido su primer trabajo en el Ayuntamiento de Elda. Áxel Álvarez

La falta de experiencia es el único agujero negro de su currículo. Jóvenes sobradamente preparados, con menos de 30 años y abocados a un mercado que les pide más práctica laboral que los muchos conocimientos que les aportan sus carreras universitarias, han conseguido, a través del programa dotado con fondos europeos, llenar ese hueco en su hoja de servicios.

En el Ayuntamiento de Elda es donde han recalado 88 jóvenes universitarios. Hace seis meses entraron a trabajar en despachos completamente desconocidos, ahora se mueven en ellos como pez en el agua. Sin embargo, son conscientes de que ya están en el ecuador de su contrato laboral.

Los «emcujus», así se les llama. Son más que becarios pues su trabajo se alargará durante un año. Son la segunda promoción del plan de empleo y son conocedores de las buenas expectativas laborales que el pasado año proporcionaron un trabajo a los universitarios que les precedieron. En 2017 se emplearon a 42 jóvenes con 672.112 euros de fondos europeos. De ellos, el 43% ha encontrado un empleo. Asimismo, dos aprobaron las oposiciones y han comenzado sus tareas como funcionarios en otros ayuntamientos de la provincia.

Son arquitectos, abogados, periodistas, publicitarios, graduados sociales, economistas, arqueólogos, psicólogos y han desembarcado en casi todos los departamentos municipales. Algunos de ellos realizan trabajos de análisis y estudios mientras que otros se dedican a las tareas más cotidianas. La graduada social Estefanía Gallego, que está en la sección de Personal, cuenta que «me dedicó al trabajo diario del departamento».

Unos, recién terminado su periodo universitario, fueron de cabeza al programa de empleo mientras que otros, llevaban años esperando su primera oportunidad en el sector en el que decidieron enfocar su vida laboral cuando ingresaron en la universidad. Mientras tanto han seguido formándose o se han dedicado a otras labores, sobretodo en el sector de la hostelería.

Alba Martínez, de 28 años, finalizó sus estudios en 2013 y desde entonces esperaba una oportunidad. «Conocía el programa del año pasado pero me enteré de la convocatoria por el SERVEF» indica. Martínez comenta que «en estos cinco años he trabajado como freelance, vendiendo algunos artículos pero no he tenido un trabajo fijo de periodista».

«Ofertas de trabajo hay», dice Martínez con una sonrisa irónica mientras pone un ejemplo. «A mí me llego una oferta de community manager a tiempo completo y sin remunerar en Madrid. ¿Qué hago yo allí sin tener ingresos?» relata. En las ofertas serias siempre piden experiencia.

El trabajo les llegó como un oasis al que agarrarse en las agrestes arenas del mercado laboral y hasta ahora su experiencia ha sido buena. Sandra Botella, técnico de publicidad, asegura que «desde que llegamos aquí, todo han sido facilidades y han confiado mucho en nosotras».

Estefanía Gallego fue de las afortunadas, terminó la carrera en julio de 2018 y un mes después, se integró en la plantilla municipal, aunque sea solo para un año. La graduada social asegura que su paso por la universidad le sirvió para enfrentarse a sus tareas diarias, «ha sido una buena base». Sin embargo, tanto Sandra Botella como Alba Martínez no son de la misma opinión. La periodista indica que «la carrera me ha aportado muchos conocimientos, mucha teoría pero la práctica me la ha ofrecido este trabajo». «Aquí es donde he aprendido», concluye.

El futuro profesional

En agosto comenzaron a trabajar con entusiasmo e ilusión. Ahora, cuando faltan seis meses para que expire su contrato vuelven a pensar en su futuro. Creen que su paso por el Ayuntamiento les abrirá puertas como lo hizo con quienes el pasado año se encontraban en su misma situación.

Así, Botella relata que «ahora que conozco el Ayuntamiento y su ritmo de trabajo -que es lo que a mí más me costó-, es cuando noto que se me abren las puertas de un posible puesto laboral en el ámbito público». «Se me ha dado la oportunidad de enfocar mejor mi futuro laboral», apunta.

Las tres son algo reacias a ingresar en las filas de la administración pública. No se quieren cerrar puerta alguna, aunque reconocen que este tipo de trabajo aporta una estabilidad que no van a conseguir en otro. En un principio, les gustaría ser más arriesgadas y apostar por la empresa privada. Sin embargo, siempre queda en la recámara la posibilidad de opositar y ser funcionaria.

Casi todos los ayuntamientos de la Comunidad Valenciana contrataron a algún joven dentro del programa EMCUJU. Sin embargo, es en Elda donde se ha logrado una mayor cifra de contratación. La ciudad zapatera solo está por detrás de dos de las capitales de provincia, Alicante y València.

El plan EMCUJU 2018/2019 aporta el cien por cien de los salarios, con 1.484.550 euros. Sumando la edición pasada y la actual, más de 140 de jóvenes, en su gran mayoría nacidos en la ciudad, han tenido la oportunidad de escribir en su currículo: «Un año de experiencia en el ayuntamiento de Elda».

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