Un centenar de padres y alumnos del colegio público Cervantes de Sax ha llevado a cabo su primer acto de protesta para exigir a la Conselleria de Educación unas obras de reforma que acumulan ya año y medio de retraso. El temporal de viento que azotó la comarca desde la tarde del miércoles obligó a realizar ayer la concentración reivindicativa a las dos de la tarde al finalizar las clases, y no antes de comenzarlas, tal y como la AMPA del centro anunció inicialmente.

Madres, padres e hijos se reunieron en el patio, por espacio de veinte minutos, y mostraron carteles con diferentes lemas. Entre ellos: «No más mentiras», «Conselleria no hace su labor», «Solución a la situación» y «Por una educación digna y segura». A la protesta también acudió la portavoz municipal del PP, Laura Estevan, y concejales del gobierno bipartito de PSOE-Podemos como José María Espí, Máximo Gil y la edil de Educación, Raquel Olivares.

Antes de finalizar el acto la vicepresidenta de la AMPA, Rosa Almendros, leyó un comunicado para hacer público el malestar de la comunidad educativa del Cervantes «tanto hacia la Conselleria, a través de su dirección territorial, como hacia el Ayuntamiento de Sax porque no entendemos que, tras un año y medio esperando a que se redacte el proyecto de la obra, se sigan pasando lamentablemente la pelota de una Administración a otra». Por eso las familias afectadas exigen al Consell y al Consistorio que no eludan sus responsabilidades y las asuman de manera urgente. «Lo que reclamamos es que, de una vez por todas, se pongan manos a la obra, nunca mejor dicho, y pongan todos los medios a su alcance para llevar a cabo una obra que resolvería los problemas estructurales de un edificio casi centenario», subrayó Almendros añadiendo que «un año y medio después de destaparse el nefasto estado en el que se halla nuestro cole, tanto en su estructura como en su mantenimiento básico, tenemos que denunciar, el incumplimiento de todos los plazos y previsiones que los responsables políticos marcaron para llevar a cabo esta reforma tan necesaria». Obras que los técnicos que realizaron las catas y el estudio del edificio calificaron de «urgentes».

Por lo pronto los responsables municipales han mostrado su apoyo a las reivindicaciones del colegio Cervantes mientras la Conselleria guarda silencio.

La protesta de ayer es la primera acción de una campaña reivindicativa que cuenta con el respaldo de la FAPA Gabriel Miró, y que seguirá en febrero con una manifestación a la que podrían sumarse también los padres y alumnos del resto de colegios de Sax.

Cabe recordar que el edificio se construyó en 1936, fue utilizado como hospital militar hasta 1940, y desde entonces solo se ha sustituido la cubierta en el año 1992. A partir de ese momento las únicas obras ejecutadas han sido actuaciones puntuales. Fue precisamente durante uno de esos trabajo, a mediados de 2017, cuando los albañiles descubrieron que las vigas de hierro del torreón central, donde se encuentra la entrada, las escaleras y los aseos, se encontraban corroídas por las filtraciones de agua. Con las catas posteriores los técnicos determinaron que la estructura estaba afectada, de tal modo que en septiembre de 2017 se apuntaló toda la zona impidiéndose el paso para evitar riesgos. Y así sigue en la actualidad debiendo acceder los alumnos y profesores a la planta superior a través de dos escaleras prefabricadas instaladas en ambos patios. Pero el centro requiere de una amplia reforma.