Un médico de vocación, festero de devoción y sajeño de corazón ha sido el encargo de anunciar este año que Sax se dispone a celebrar sus Fiestas de San Blas.

El día 1 de febrero se aproxima, los días grandes se acercan, las comparsas de Moros y Cristianos hierven y Juan José Chico Sepúlveda consiguió anoche cautivar al público que llenó el Teatro Cervantes. Lo hizo con un pregón sencillo y cercano, íntimo y a la vez cargado de sentimiento, para contar su experiencia como un festero más. «Solo soy alguien a quien le gusta la Fiesta y está dispuesto a trabajar por ella, a disfrutarla, mimarla y sobre todo a quererla por encima de todo. La mía -subrayó el doctor- es una vida festera que no es ni más ni mejor que ninguna otra, sino una forma más de vivir los 365 días del año».

Chico Sepulveda nació hace 48 años en una casa con gran tradición Mora y ejerce como pediatra en el consultorio del barrio Huerta Nueva de Elda. Su padre, Joaquín Chico Ponce, fue presidente de la comparsa de Moros durante 12 años, teniendo entre otros títulos honoríficos el de Moro Ejemplar, Moro de Oro y Festero de Oro. Así que, desde su tierna infancia, Juan José fue empapándose de un «mundo apasionante» y conociendo a memorables personajes de la villa «que me enseñaron que ser festero no solo es ponerse el traje del 1 al 5 de febrero».

Por eso, en su aplaudido pregón de anoche, que estuvo precedido por el acto de exaltación de capitanes, quiso homenajear «la entrega, esfuerzo, generosidad e ilusión por realizar lo que tanto trabajo lleva de fondo. Sajeños anónimos que, sin ser festeros, trabajan por y para la Fiesta sabiendo que al final nadie conocerá lo que hizo por ella, ni tampoco se agradecerán sus esfuerzos aunque a ellos no les importe».

No pudo evitar el pregonero evocar sus recuerdos de infancia de la mano de su padre y de sus amigos, con los que aprendió que «la Fiesta con mayúsculas no son solo cinco días al año o vestir y sentirse de una comparsa en concreto, sino que la Fiesta se vive de principio a fin y que, a pesar del amor que profesamos a nuestros ropajes y símbolos, el verdadero festero es aquel que ama la Fiesta, aquel que engloba a las ocho comparsas, cada una con su historia y costumbres, símbolos y cultura, música y gentes. Porque la Fiesta es un conjunto, un todo, una forma de vida, pudiendo presumir de que aquí, en Sax, festeros de este nivel tenemos y muchos».

En su caso, también le avala su trayectoria. En 1995 fue capitán de los Moros, en 2009 cronista de la comparsa y miembro de su archivo histórico, en 2015 cronista de Fiestas y coordinador de la revista de la Mayordomía y, desde ayer, forma parte del selecto grupo de los pregoneros de Sax por San Blas. «Por ello proclamo -dijo emocionado- la llegada del Día 1, el primer día mágico en el que el alma se eleva hacia nuestro patrón y nos olvidamos momentáneamente de los problemas mundanos (...) Por ello anuncio que llegaremos a unas Fiestas que ensalzarán sentimientos, estrecharán lazos, crearán amistades, formarán festeros y harán que Sax se sumerja en una tradición en la que honraremos a nuestros antepasados y a San Blas».

El pregonero también habló de los cuartelillos, del casco antiguo, del Cabildo como Bien de Interés Cultural, del puente Picayo, de la ermita y de la identidad festera sajeña, que se ha ido impregnando en el ADN, generación tras generación, durante los casi dos siglos que han transcurrido desde que Sax comenzó a celebrar sus fiestas de Moros y Cristianos. «Solo puedo dar las gracias a Dios por haberme permitido nacer en esta villa», exclamó Juan José antes de recibir una ovación con la que cerró la noche en la que tuvo el honor de proclamar el día más esperado para un festero de Sax.