Las técnicas y los materiales empleados en la excarcelación de personas atrapadas tras sufrir un percance circulatorio han experimentado una «mejora abismal» en los últimos veinte años. Así lo ha indicado el suboficial jefe de la Zona Operativa del Vinalopó, Amancio Guerrero, tras explicar que «hemos mejorado muchísimo y la experiencia también nos ha ayudado a realizar los rescates en este tipo de siniestros con mayor grado de eficiencia y eficacia». Pero no todo se debe al importante avance experimentado por los utensilios que permiten a los bomberos abrirse paso entre el amasijo de hierro al que quedan reducidos los vehículos tras un accidente. Las técnicas también han evolucionado mucho porque los bomberos practican todas las semanas los métodos de excarcelación. En este sentido el responsable de los Parques de Elda y Villena destaca la importancia de la experiencia en las situaciones límite a las que se enfrentan. Un aspecto en el que también el componente psicológico juega un papel fundamental. «Hay que mentalizarse para actuar con aplomo y frialdad, tratando de dejar a un lado los sentimientos y las emociones que se desencadenan cuando nos encontramos a personas gravemente heridas, o presas del pánico y la desesperación», apunta Guerrero.
En estos casos la premisa que siguen los bomberos no es priorizar la rapidez sino la seguridad, tanto del rescatado como de los rescatadores, una vez que se ha logrado estabilizar a la víctima gracias al trabajo coordinado con los equipos sanitarios del SAMU, el Servicio de Ayuda Médica Urgente.
