«Si no cambian las cosas llegará un momento en que no habrá aparadoras cualificadas en una comarca donde el calzado sigue siendo la industria principal». Así lo advirtió dos meses atrás la presidenta de la Asociación de Aparadoras de Elda y Petrer, Maite Rodríguez, para subrayar la importancia que tiene enseñar a las nuevas generaciones en este noble oficio. Pues bien, esta misma semana trece desempleadas, una docena de mujeres y un hombre, han completado el curso de aparado de calzado organizado conjuntamente por el Instituto Municipal de Desarrollo de Elda (Idelsa) y la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal) en colaboración con la Escuela de Artes y Oficios Natalya-Menárguez de Elda.

Con este programa de 60 horas se ha pretendido capacitar a los alumnos en los procesos de preparar y ensamblar mediante cosido las piezas que componen los zapatos de diferentes modelos. Se trata, además, de una acción formativa planteada en noviembre desde la necesidad detectada en las empresas zapateras de poder contar con trabajadores que puedan desempeñar un puesto de aparado de calzado.

Si bien no puede considerarse que al finalizar el curso los alumnos participantes están en condiciones de ocupar un puesto de trabajo como oficial de aparado, sí lo están para cubrir los puestos de aprendices o de contratos de aprendizaje con el fin de seguir formándose dentro de las empresas. A través de las prácticas propuestas, se ha constatado que la mayoría de los participantes ha conseguido las competencias básicas para poder atender la creciente demanda de las empresas en materia de interpretación de fichas técnicas para organizar el trabajo; cambiar, ajustar y reajustar los elementos de las máquinas de preparación y ensamblaje o aparado al objeto de disponerlas para la producción, así como realizar y controlar las operaciones de preparación y ensamblaje o aparado de componentes asegurando el óptimo funcionamiento de los medios de producción.

Cabe recordar que este es el tercer curso formativo sobre oficios relacionados con el calzado que programan conjuntamente Idelsa y Avecal en algo más de un año, y la intención es seguir ofertándolos por dos motivos: por la gran profesionalización que se requiere y la falta de oportunidades de formación que hay en la actualidad. Décadas atrás existía la figura del aprendiz, que se formaba en las diferentes ocupaciones al lado del oficial, pero desapareció en los momentos de máxima producción, favoreciendo así la especialización. Sin embargo, el momento actual ha cambiado y las empresas ya no tienen grandes producciones que requieran de un trabajador por puesto, haciéndose cada vez más necesario que un mismo empleado cubra más de un proceso productivo.