El edil Javier Martínez Orgilés ha sido expulsado del equipo de gobierno que el Partido Socialista y Sax Importa, la marca blanca de Podemos, formaron al comienzo del actual mandato para enviar a la oposición al PP. También le han sido retiradas las ocho concejalías que tenía a su cargo: Medio Ambiente, Agricultura, Parques y Jardines, Alumbrado Público, Agua, Cementerio, Política Animalista, Limpieza Viaria y Recogida de Residuos Sólidos. Se queda, por tanto, sin funciones, remuneración ni despacho en el Ayuntamiento.

La drástica decisión adoptada contra el concejal de Sax Importa ha sido acordada por su compañero de partido y primer teniente alcalde José María Espí, y por el alcalde socialista Juan José Herrero, con el beneplácito de los otros tres regidores del PSOE y dos de Podemos que integran el ejecutivo.

Javier Martínez mantendrá el acta durante los seis meses que restan para las próximas elecciones municipales pero, probablemente, terminará en el grupo de concejales No Adscritos.

La destitución se la ha comunicado el primer edil y los motivos que la han desencadenado se sucedieron durante el pleno de modificación de créditos de la semana pasada. Javier Martínez decidió no acudir a la sesión extraordinaria por discrepancias con sus compañeros de gobierno. No estaba de acuerdo en que se vaciaran de fondos sus concejalías para tapar los agujeros de otros ediles menos cuidadosos con la gestión del gasto público. Adujo, con anterioridad, que no podía acudir al pleno porque tenía que marcharse a Bilbao por motivos familiares. Y aunque en el último momento suspendió el viaje decidió no asistir al pleno, de tal modo que al finalizar la sesión los concejales de la oposición lo encontraron trabajando en su despacho del Ayuntamiento. El PP exigió entonces al alcalde que le abriera un expediente sancionador y Juan José Herrero anunció al día siguiente que tomaría medidas. Pero nadie esperaba una destitución fulminante sin un acercamiento previo para tratar de dirimir las diferencias surgidas mediante el diálogo.

En cualquier caso, esta medida no altera el reparto de fuerzas de los grupos políticos del Consistorio. Los cuatro concejales del PSOE y los tres restantes de Podemos siguen ostentando la mayoría frente a los cuatro ediles del PP, el regidor de IU y el ahora expulsado.

Cabe recordar que a lo largo de este mandato, y en más de una ocasión, Martínez se ha mostrado crítico con la gestión de su equipo de gobierno y ha mantenido varios desencuentros con algunos de sus compañeros. El último se produjo hace tan solo unos días cuando solicitó públicamente más «información, transparencia y consenso» en la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana que dirige la concejala socialista Irene Jiménez. Al considerar que el documento presentado contiene actuaciones perjudiciales para el desarrollo futuro de la villa, el pasado viernes decidió presentar alegaciones, por registro municipal, después de haber sido expulsado de la comisión redactora del PGOU sin que se atendieran ninguna de sus peticiones. Entre ellas la anulación de una urbanización en La Colonia de Santa Eulalia con 286 viviendas unifamiliares que, en caso de construirse, abarcaría una superficie de 11 hectáreas y lindaría con algunos de los edificios más emblemáticas de la ciudadela creada en a finales del siglo XIX bajo las ideas del socialismo utópico.

La Colonia y el cementerio

«La permisibilidad municipal para construir un complejo residencial en este paraje emblemático y protegido como Bien de Interés Cultural no viene acompañada de ningún estudio de impacto ambiental, de paisaje, ni económico en su repercusión local», indicó Martínez Orgilés en su alegación tras responsabilizar a todas las Administraciones Públicas, incluido el Ayuntamiento de Sax, «del deterioro y abandono de uno de los enclaves patrimoniales más importantes de la provincia y la Comunidad». Proyecto del que también ha cuestionado «que no se aclare por dónde iría el colector de fecales ni dónde se instalaría la depuradora comunitaria».

La ubicación del nuevo cementerio para atender las 2.519 defunciones previstas en Sax durante los próximos veinte años ha sido otra de sus controvertidas alegaciones al Plan General. Se ha opuesto a que el futuro camposanto se construya en una parcela de 32.019 metros situada en las inmediaciones del área recreativa de El Plano. «Un enclave de alto valor paisajístico muy alejado del casco urbano que fragmentaría la zona forestal, incrementaría el tráfico de vehículos particulares y haría necesario talar cientos de pinos para hacer los accesos».

La salida forzosa del edil de Sax Importa obliga ahora al alcalde a repartir sus delegaciones y asumir los relevantes proyectos que estaba desarrollando. Sobre todo en materia medioambiental, patrimonial y en la gestión de los residuos urbanos.