El Belén Viviente se consolida en su cuarto año y el jardín de la iglesia de Monóvar y sus alrededores se volverán a transformar, por unas horas, para recrear el paisaje, los oficios, las costumbres y la época en la que nació Jesús. La ambientación se abre paso mediante los diferentes roles del Belén: la herrería, la panadería, la carpintería, el lavadero, la castañera, la frutería, los pastores, el castillo de Herodes, la casa de la Virgen María o el pesebre, entre otros. Una decoración que se complementa con los caballos, cabras, gallinas, conejos y otros animales participantes, contribuyendo a dotar a la escena de realismo.

Las monoveras y monoveros se distribuyen en cada zona, ataviados con túnicas, pañuelos y otros complementos de vestuario hebreo, para representar la historia del nacimiento de Cristo, y dan dinamismo a un escenario que se torna mágico.

Si el tiempo no lo impide, el popular Belén Viviente de Monóvar se instalará a lo largo del sábado 15 de diciembre, para ser abierto al público visitante a las 18 horas, tras realizar un teatro histórico que comprenderá desde la Anunciación del Ángel Gabriel a María hasta la Adoración de los Reyes Magos de Oriente.

Castañas asadas y tortas de aceite

En su recorrido podrán degustarse productos típicos navideños de la tierra, como las castañas asadas o las tortas de aceite. Los niños podrán saludar al mismísimo Rey Herodes y hacerse fotografías con él. Y visitar el pesebre donde nació el Niño Jesús. Todo ello al son de los villancicos.

El Belén Viviente es organizado por la Junta Festera, entidad cuya iniciativa recuperó hace cuatro años esta tradición desaparecida, con la colaboración de numerosas entidades locales, las Reinas y Cortes de Honor de las Fiestas de Septiembre y sus familiares, así como la concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Monóvar.