Cambiar el estado de WhatsApp. Esa era la señal acordada por Salva y Maje para anunciarle que el asesinato de Antonio se había consumado. Al menos eso es lo que Salvador R. L. declaró el viernes pasado ante el juez de Instrucción número 14 de València el pasado, durante la comparecencia a puerta cerrada que se celebró a petición del asesino confeso del ingeniero de Novelda Antonio Navarro Cerdán, perpetrado a las 7.40 horas del 16 de agosto de 2017 en el garaje de la víctima, en el número 14 de la calle Calamocha de València.

Según el examante de María Jesús M. C., durante la preparación y planificación del crimen, en las semanas previas, ambos habrían acordado cortar toda comunicación entre ellos y no utilizar los teléfonos móviles en las horas anteriores y posteriores al crimen para evitar que la Policía pudiese utilizar esa prueba contra ellos en caso de que fueran descubiertos.

Y, afirma, pactaron que la señal para que ella supiese que el crimen había sido perpetrado era que él cambiase su estado en la aplicación de WhatsApp. Salva cumplió. Cuando salió de su casa a primera hora del día 16, apagó su teléfono móvil. De hecho, los repetidores no captaron su posicionamiento cuando la policía empezó a investigarlo, tres meses después del asesinato.

Tras acuchillar a Antonio Navarro hasta la muerte en el garaje, salió del mismo y se dirigió en su moto a un trastero alquilado que compartía con un antiguo socio, se deshizo de la ropa manchada de sangre y posteriormente arrojó el arma homicida a la fosa séptica de su chalé, en Riba-roja, arma que la Policía recuperaría, con su ayuda, el 18 de enero pasado, una semana después de su detención.

Fue entonces cuando, cumpliendo con el trato acordado, cambió su estado de Whatsapp, algo que la Policía podrá comprobar ahora con la colaboración de la compañía propietaria de la aplicación. Y, según Salva, Maje rompió el pacto en ese instante. Asegura que, en cuanto vio que cambiaba el estado, le llamó por teléfono. La vio tan nerviosa, que se citaron en casa de la hermana de ella, en València. Esa conversación consta en el sumario y se corresponde con lo declarado en su momento por ambos.

El aviso de la víspera

Además, Salva aportó otros datos relevantes durante el interrogatorio al que fue sometido el viernes pasado por el juez, el fiscal, el abogado de Maje, la suya y los de la acusación particular. Dijo, por ejemplo, que fue su amante, Maje, quien le alertó la víspera del crimen para confirmarle que el coche de Antonio estaba dentro del garaje.

Esa era una de las condiciones necesarias para cometer el asesinato, ya que si la víctima no entraba en ese recinto, el plan no habría podido ser ejecutado. Las oras dos, tal como informó ayer INFORMACIÓN, era que la entonces esposa de Salva trabajase la mañana del crimen -para no tener que darle explicaciones de sus entradas y salidas en casa- y que Maje trabajase tanto la noche previa como en el momento de la comisión del asesinato -engañó a Salva diciéndole que tenía turno en el hospital del 15 al 16, cuando en realidad pasó la noche con otro de sus amantes, ajeno a la trama-.

La llave aún está escondida

Otra aportación fundamental del acusado es que reveló ante el juez que aún posee la llave del garaje que, afirma, le entregó Maje en julio, cuando ya habían planificado presuntamente la muerte de Antonio. Esa llave, de la que negó haber hecho copias él, está oculta y será recuperada por la Policía con las indicaciones que dio el reo durante la comparecencia judicial.

La confesión complica la defensa de la presunta asesina

La confesión espontánea de Salva, que él atribuye únicamente al arrepentimiento, ha complicado la situación procesal de la que fue su amante durante más de dos años, ya que ha aportado datos e información fácilmente comprobables y no una mera declaración que puede ser rebatida por ella. Por esa razón, es presumible que el juzgado ordene nuevas diligencias en los próximos días, empezando por la recuperación de la llave del garaje que supuestamente le dio ella a Salva en julio para que pudiese acceder al recinto. Esta circunstancia provocará que se retrase el juicio con jurado, ya que esas nuevas diligencias policiales y las que pida la defensa alargarán la instrucción de la causa.