El Ayuntamiento de Novelda valora de nuevo la posibilidad de comprar la Casa Mira, un edificio modernista de gran valor arquitectónico, artístico e histórico que se conserva tal cual se construyó y decoró hace 110 años.

El alcalde Armando Esteve presentará al próximo pleno una moción en la que solicitará a los partidos su apoyo para iniciar las gestiones de compra con los dueños.

La gran expectación creada en la población, y el enorme éxito de visitantes que ha tenido la Casa Mira durante su apertura extraordinaria en la reciente edición de Novelda Modernista, ha animado al primer edil a retomar las negociaciones para convertir la Casa en una propiedad municipal. «Los propietarios del inmueble siempre han mostrado su rechazo a la venta. Pero recientemente han registrado en el Ayuntamiento una carta en la que se insta al Consistorio a explorar la posibilidad de comprarla y convertirla así en un museo», ha señalado Esteve, quien ha agradecido a los herederos de Francisco Mira Abad que hayan abierto las puertas del palacete por primera vez al público el pasado fin de semana.

El compromiso de un acuerdo entre todos los grupos municipales permitirá, según anuncia el alcalde, solicitar a la Conselleria de Cultura una valoración para la restauración y rehabilitación del edificio que construyó el maestro de obras noveldense Ceferino Escolano. «También nos permitirá solicitar a otras administraciones las ayudas necesarias para afrontar las actuaciones de reconstrucción y conservación pertinentes», precisa. No obstante, la adquisición de la Casa Mira no va a ser inminente. Es un aspecto que ha querido aclarar el alcalde tras manifestar su deseo de que «un inmueble de esta importancia forme parte del patrimonio modernista municipal. Pero para conseguirlo -matiza-habrá que acordar medidas como el pago en diferido en el tiempo que haga viable la opción de compra».

La Casa Mira es uno de los edificios de estilo modernista valenciano mejor conservados. Destaca la herrería con ornamentación floral en la planta baja y en las barandillas de los balcones. El remate de la residencia está realizado con azulejos con motivos vegetales, mientras que el interior posee una rica decoración original que contrasta con su sobrio exterior. De hecho, la austera fachada es de piedra en la planta baja y de ladrillo en las dos alturas que conforman el extraordinario edificio que preside la plaza de San Vicente.