Petrer vuelve a unirse y reencontrarse con sus raíces un año más al honrar a la Virgen del Remedio, «la Maridéu», en sus fiestas patronales. El encargado de abrir la celebración al filo de la pasada madrugada ha sido Antonio Navarro Bernabé, actual presidente de la Asamblea Provincial de Cruz Roja Española, y persona muy vinculada a las fiestas de Petrer. Especialmente a los Moros y Cristianos, de los que fue presidente de la Unión de Festejos de 1986 a 1990 y directivo de diversos cargos dentro de la comparsa el Tercio de Flandes. Además, tras su intervención de anoche, se ha convertido en la única persona que ha pregonado las tres fiestas más importantes de su localidad natal: las de Moros y Cristianos en 1995; las de la Santa Cruz en 2004; y las Fiestas Patronales en 2018.

Con un pregón de quince minutos, en castellano y valenciano, Navarro habló de arraigo, unidad e identidad de pueblo. «Son días donde las familias se unen para compartir tiempo y vivencias, íntimos sentimientos y fe en su patrona, donde se conjuga armoniosamente religiosidad y actos populares y, todo ello, de la mano de la concejalía de Fiestas, de los vecinos de cada barrio, de la Iglesia y de la Cofradía de la Virgen del Remedio, para juntos organizar una amalgama de actos religiosos y cívicos con un doble objetivo: honrar a la patrona y disfrutar pasándolo bien todos juntos, a lo que se ha ampliado con la romería para acercar las parroquias de San Bartolomé y La Cruz y, con ello, a los propios vecinos dando un impulso más hacía la unidad de todos los petrerenses».

En una plaça de Baix llena de público también tuvo el pregonero momentos para el recuerdo. «Y cada año, en noches como ésta, acudíamos, como ahora, a escuchar la salve marinera, interpretada por el coro compuesto por personas amantes de este acto y que disfrutan con su interpretación, siempre a las 12 de la noche. Era, es, la noche de la alborada, nuestra gran noche, y a continuación el castillo de fuegos artificiales. Cada uno buscábamos el mejor lugar para verlo, nos daban tiempo para llegar al espacio elegido y lo disfrutábamos. ¡Vaya si lo disfrutamos!, bendita la actual imagen de los fuegos artificiales lanzados desde nuestro emblemático castillo», evocó tras un «viaje por el tiempo» en el que rememoró aquellas décadas pasadas en las que la fiesta prácticamente se limitaba a los actos religiosos. Pero en1979, con la llegada de la democracia, se abrió a los barrios y a la participación. «En los primeros años nuestras Fiestas Patronales se convirtieron en una explosión de actos sociales, deportivos, lúdicos, adorno de calles, comidas, cenas y conciertos; y todo esto con la entusiasta participación de los vecinos de cada barrio», destacó el pregonero recordando que, a partir de ese año, «se propició que la fiesta se celebrara a lo largo y ancho de todo el pueblo, con participación vecinal, pero sobre todo, colectiva».

La ovación del público y la interpretación del pasodoble «Petrel» cerró un acto al que le siguió la Alborada. Y con «¡Visca Petrer!, ¡Visca la Mare de Déu del Remei! y ¡Visca la bona gent de Petrer!», se despidió Antonio Navarro.